MAIDUGURI, Nigeria. Soldados nigerianos rescataron a 71 personas, en su mayoría niñas y mujeres, en enfrentamientos en el noreste del país en los que murieron varios extremistas del grupo Boko Haram, informó el jueves el ejército.
Algunas de las secuestradas dijeron a The Associated Press que estuvieron en manos de los extremistas islámicos hasta un año.
“Estaba esperando la muerte… a menudo amenazaban con matarnos”, dijo Yagana Kyari, una mujer de unos 20 años, que dijo que fue secuestrada de su aldea de Kawuri y llevada a un campo militar en Walimberi, a unos 40 kilómetros al sureste de Maiduguri, la ciudad más grande del noreste del país y lugar donde se originó Boko Haram.
Kyari señaló que a menudo pasaba hambre, debido a que los extremistas nunca les daban alimento suficiente.
“Nuestras valientes tropas rescataron a un total de 59 civiles de dos campamentos del grupo terrorista”, dijo el vocero del ejército, el coronel I.T. Gusau. “Muchos de los terroristas fueron abatidos durante las los enfrentamientos, pero las operaciones continúan”.
Las 59 personas, todas mujeres y niños con excepción de cinco hombres de edad avanzada, fueron liberados el jueves, recalcó. Otras 12 mujeres y niñas fueron rescatadas el miércoles en Kilakisa, a unos 90 kilómetros (55 millas) al sureste de Maiduguri, informó.
El ejército señaló que durante marzo se liberaron a cientos de personas, cuando los militares declararon que habían recuperado todas las poblaciones en manos de Boko Haram, que declaró el año pasado un califato islámico en gran parte del noreste de Nigeria.
Sin embargo, los ataques se han incrementado en las últimas semanas, y cientos de personas han muerto en atentados suicidas y ataques en las aldeas.
Se cree que al menos dos mujeres y una niña que perpetraron atentados suicidas este mes, vinieron de la zona de donde se realizaron las liberaciones de esta semana. Se teme que Boko Haram esté convirtiendo a sus rehenes en armas.
El grupo islámico originario de Nigeria generó indignación internacional en abril de 2014, cuando secuestró a casi 300 niñas de una escuela en la población de Chibok, al noreste del país. Muchas de ellas escaparon, pero 219 siguen desaparecidas.