Tras el triunfo a finales de 2014 de un personaje como Tsipras, de izquierda, que prometió lo que no podría cumplir, la sociedad griega está despertando a una realidad dolorosa y costosa, misma que se incrementó cuando el mandatario decidió hacer el referéndum de manera unilateral.

 

Como parte de sus derechos, Grecia ha tenido apoyos por más de 300 mil millones de euros incluyendo ya el tercer paquete. “Pero como todo, las vacaciones acaban y hay que pagarlas”. El punto es si la capacidad de Grecia le alcanza para pagar su deuda.

 

Después de la contracción económica entre 2007 y 2013, el poder adquisitivo en Grecia cayó casi 30%; en 2014, la economía creció 0.8% con una reducción en su déficit fiscal de 3.5%, cuando el promedio en los últimos siete años era de -10.2%. Al cierre de ese año, la tasa de desempleo registraba un nivel de 26.6%, pero en 2013 tocó un máximo de 27.5%. Los bancos operaban sin problema aunque buscaban aumentar su capital de acuerdo con los requerimientos para Basilea III. Asimismo, el PIB per cápita que mide el ingreso por habitante de acuerdo con la producción de bienes y servicios del país ascendió a 21 mil 600 dólares, muy cerca de Portugal, otro país que vive en la austeridad fiscal, aunque muy por debajo de España, Italia, Francia y Alemania.

 

Con toda esta historia y pasado el evento de las tres semanas críticas entre el referéndum, su resultado y la negociación con los acreedores, la economía griega dio un giro de 180 grados. Hoy existe un consenso en el mercado internacional de que en lo que resta del año, la economía de este país volverá a contraerse, estimando una recesión moderada a partir del tercer trimestre del año con una deflación entre 1% y 2%.

 

Las reformas recientemente aprobadas generarán que el déficit fiscal se mantenga alrededor de 3%, pero con un trabajo rápido y dedicado hacia la privatización, el aumento en el IVA, la reducción de apoyos de manera gradual a los pensionados y ajustes en el gasto corriente.

 

La gobernabilidad de Tsipras está en juego, hoy cuenta con 126 escaños en el congreso que le permiten tomar decisiones pero con un partido que día a día se fragmenta. El tiempo jugará en contra de este mandatario. Es probable que las empresas locales enfrenten problemas de solvencia, además de que el gobierno tendrá una austeridad muy fuerte y los pensionados sufrirán ajustes en sus ingresos. A Tsipras le vendrán momentos muy difíciles, por lo que no se descartan nuevas elecciones este mismo año.

 

La zona euro no tendrá grandes consecuencias por el momento. Grecia representa sólo 2%. Se espera que la tasa de crecimiento trimestral supere claramente el 1.0% apoyado por el sector exportador ante un euro debilitado frente al dólar y otras divisas como la libra. La producción industrial tenderá a recuperarse más en el segundo semestre del año y la tasa de desempleo podría mejorar gradualmente.

 

Alemania y España han mantenido un mejor ritmo, pero parece que Italia en primera instancia y luego Francia empiezan a despertar.

 

A pesar de esta volatilidad en los mercados de capitales durante el segundo trimestre del año, hoy los rendimientos son positivos y atractivos. El mercado de deuda vive un momento de mayor tranquilidad y el BCE seguirá con su compra de activos por un monto mensual promedio de 60 mil millones de euros.