Hace siete años sufrió el secuestro y asesinato de su hijo. Con los involucrados del crimen en prisión, el activista Alejandro Martí asegura que ese capítulo en su vida aún no está cerrado porque, a la fecha, no se ha emitido ninguna sentencia, por lo que confía en que el nuevo sistema de justicia penal le otorgue esa satisfacción.

 

Aunque lamenta la situación de corrupción, inseguridad e impunidad que se vive en el país, confía en la situación nacional cambie. “Hay que insistir, denunciar y exigir todos los días”.

 

El presidente fundador de la organización civil México SOS asevera que sigue vigente la exigencia que en 2008 lanzó a los servidores públicos en el marco del Consejo Nacional de Seguridad: “si no pueden, renuncien”. Empero, lamenta la carencia de dignidad humana por parte de los funcionarios, pues “el hueso es muy fuerte”.
Agradecido por la intervención de las Fuerzas Armadas ante la ineficacia de las policías, Martí sostiene que si no fuera por las acciones del Ejército y la Marina en los lugares donde el narcotráfico se ha permeado, “estaríamos mucho peor”.

 

A favor de la despenalización del comercio de la mariguana, el empresario sugiere industrializar su venta en lugar de “matar campesinos a balazos, quemar plantíos, y continuar en una guerra que no nos llevara a ningún lado”.

 

 

¿Qué estado guarda el caso de su hijo?

 

Yo estoy totalmente seguro y convencido de que los que están en la cárcel son los verdaderos culpables del caso de mi hijo. Yo he visto las declaraciones de todos, incluyendo hasta las de mentiras, he visto las redes de vínculos, he visto las pruebas, tengo unas cinco o seis cajas de expedientes, y estoy totalmente seguro que el famoso Niño (José Antonio Jiménez Cuevas) era el líder de la banda, que tenían 20 años operando en la impunidad.

 

 

¿La liberación de Lorena González fue un acto de justicia?

 

 

La realidad es que ante esta situación, yo creo que la señora Lorena debió haber salido mucho antes; sin embargo, según me dicen que el juicio se llevó muy mal, que en las audiencias no concurrían las partes, y bueno en este sistema judicial la justicia no es ni pronta ni expedita, y por eso se llevó seis años y 10 meses en prisión. A mí no me dejó muy contento el tiempo, pero si me dejó muy contento que por lo menos en el caso de mi hijo no había nada.

 

 

¿En un caso cerrado?

 

 

No, porque no ha habido sentencia, y si para liberar a Lorena se tardaron más de seis años, pues yo tengo seis años en el juicio y no ha habido una sola sentencia, no la hay. Esperaré, porque estuvimos casi un año sin juez, ya ahorita tenemos al Juez Cuarto; la banda está divida, encarcelada en varios Ceferesos y, pues sigue el proceso tedioso, y va a ser caso cerrado hasta que tengamos la sentencia de los 21, y luego poner atención a los amparos, y toda una bola de estrategias legaloides que se usan para liberarlos. No va a acabar este asunto hasta que yo no los vea sentenciados en definitiva, con nuestro nuevo sistema de justicia y los laxos que han sido los magistrados y los ministros no hay víctima que este segura, porque dentro de 20 años presentan un amparo lo llevan a la Suprema corte de Justicia y allá deciden liberarlos porque así es nuestro sistema penal.

 

La corrupción sigue imparable…

 

 

Es corrupción que produce impunidad y la impunidad se produce por la ineficiencia de nuestras instituciones. La corrupción se da porque no tenemos mecanismos de descubrir y de armar, de penalizar a quien comete un delito.
Es corrupción o ineficiencia, que son igual de malas, porque tú puedes tener un hombre muy bueno, limpio pero muy bruto que te genera el mismo problema que uno corrupto, lo preocupante es que esta impunidad sí invita a los criminales a ser más sanguinarios, a los servidores públicos más uñas, más rateros, a la ciudadanía también, para qué lo negamos, te paran y tú eres el primero que propones dar una mordida, y si te dicen que no le dices ‘usted no sabe con quién se mete’, no tenemos respeto por la autoridad, ni por las leyes.

 

 

Y en casos, como Ayotzinapa

 

 

Yo creo que el país se quedó atrás en los temas de seguridad y justicia. Primero con un sistema judicial rebasado y en vano. Tenemos un problema gravísimo con las policías, estamos igual que con los maestros ‘no sabemos cuántos tenemos’, la policía municipal desde hace algunos años se ha venido deteriorando por cómo el narcotráfico ha permeado en el país.
Tenemos un muy mal sistema de inteligencia y de investigación, yo creo que lo de Ayotzinapa se quedó así porque la PGR no ha dado una explicación correcta, además, a veces contradictoria, nadie  tiene la verdad, tenemos a un presidente municipal detenido, al policía y a ciertas gentes, pero bien a bien la historia no la tenemos, porque tampoco tenemos bien a bien la historia de Guerrero.

 

 

La intervención de las fuerzas armadas ¿es un mal necesario?

 

Yo creo que ha sido nuestra salvación, a mi lo que a veces me irrita un poco es que nosotros les exijamos a las fuerzas armadas, las castrenses, intervenir para ayudarnos pero, por otro lado, los traemos azorrillados, a denuncias, y tratar de desprestigiarlos. Yo creo que han sido heroicos porque han recibido la peor parte al no tener fuerzas ciudadanas estructuradas para lograr aprehensiones y hacer las cosas inteligentemente. En el  tema de policía nos hemos quedado muy atrás, y no hemos tomado una definición concreta de qué hacer y eso está generando problemas, y que tengamos que mantener al Ejército y la Armada como nuestros héroes, como el papá protector en ausencia de un Estado o unas fuerzas ciudadanas o civiles fuertes.
Yo creo que estamos en un proceso difícil porque por un lado la Nación critica enormemente al Ejército y a la Marina por sus actuaciones, pero hay que acordarse que los soldados y marinos están para defender, y que las fuerzas armadas están luchando contra cosas que debería hacer la policía ciudadana, la policía federal y pues no, no hay ni siquiera una ley que lo reglamente pero si tenemos un grupo de gentes que los critican enormemente. Qué se hubiera hecho en Tamaulipas, en Juárez, en muchos lugares donde no hubiera el Ejército o Marina, estaríamos muchísimo peor.

 

¿Cómo atender el tema del narcotráfico?

Primero, México no está como un país exportador de amapola, hay 13 o 14 en el mundo pero nosotros no nos hemos registrado porque preferimos matar al campesino que generar una industria de exportación. La mariguana es otro problema, estamos correteando campesinos a balazos, quemando droga, mientras ya en Estados Unidos están industrializándola, allá ya  es una forma de vida, digamos legal en muchos estados, resulta un gran negocio para los norteamericanos. Hoy en día en Estados Unidos se producen las mejores semillas modificadas, las mejores plantas es más ya calificadas científicamente para que sirve cada una; y nosotros seguimos aquí quemando plantíos y matando gente en una guerra sin cuartel que no nos está conduciendo a nada.

 

 

¿Habría que debatir el despenalizar su venta?

 

 

Lo hemos platicado muchísimo, ha habido muchos debates y la verdad es que ¿nos queda otra? Qué tanto debatimos si nuestro principal socio comercial ya lo esa haciendo. No sé qué vamos a pretender, no entiendo que queremos, y no entiendo a nuestros legisladores qué piensan que muestras azoteas sean de autoproducción de mariguana al prohibir la venta pero no el consumo personal. Hay que hacer las cosas como las están haciendo en Estados Unidos, ellos tienen las tiendas registradas, tienen su registro para impuestos, están bien presentados, cumplen con las de la ley, no reciben tarjetas de crédito pero bueno eso se podía meter con empresas sólidas y fuertes aquí y quitarnos este problema del narcotráfico.

 

 

¿Cómo ve el combate al secuestro?

 


Yo fui de los promotores de la coordinación nacional antisecuestro, soy miembro de la coordinación, y cuando llego esta estrategia con Renato Sales, que es un gran investigador, una gente decente, nos encontramos con pura mentira que había unidades antisecuestro en toda la República ¿Qué se ha hecho? Se han ido instalando unidades con la técnica suficiente como para encontrar, investigar y capturar a los secuestradores pero no ha sido parejo.

 

¿A qué debe que no sea parejo, por qué hay disparidad en las cifras?

Cuando las cifras se disparan como dice el Secretariado es por los cinco estados más complicados que tenemos en la República, se están dando por Tamaulipas, Veracruz, Morelos, Guerrero, Michoacán, entonces lo que está haciendo la coordinación es empezar a presionar a los gobiernos estatales para que terminen su unidad bien. El hecho de que haya llegado Renato y no se haya caído a cero es porque precisamente hay que construir toda la infraestructura tanto técnica, de organización y de personal en toda la República para abatir esto, por una gran irresponsabilidad de los gobernadores que no hicieron nada, entonces ahora si se está haciendo.

 

 

¿Sigue vigente la exigencia que en 2008 lanzó a las autoridades de “si no pueden renuncien”?

 


Sí, sigue vigente pero lamentablemente yo esperaba un poco más de dignidad humana de los funcionarios públicos que no pueden, porque no renuncian, el hueso es muy fuerte. Yo digo que la corrupción se va parar cuando tengamos instituciones verdaderas, y un cambio de cultura nacional para repudiar ese fenómeno, no veo de ninguna parte, ninguna política para atacar esto fuerte, creo que seguimos igual.

 

 

¿Entonces no hay  esperanza para que las cosas cambien?

 


Sí cómo no. Nosotros estamos hablando de nuestro problema y los ponderamos, nosotros tenemos que dedicarnos a ver la aguja en el pajar, autocriticarnos para ser mejores, yo creo que mal de muchos consuelo de tontos, si comparamos mexica con Sudamérica en general la verdad es que estamos mejor  de como estábamos. Sí ceo que tenemos remedio mientras sepamos denunciar, mientras sigamos exigiendo, mientras estemos encima de los servidores públicos para que cumplan las cosas, y mientras tengamos métricas, si son diferentes unas de otras son métricas y lo que no se mide no se mejora, esa es la única forma, no veo otra salida.
Porque la seguridad nunca es un producto terminado, nunca se puede terminar, la seguridad hay que estarla cuidando, y haciendo todos los días, y es una insistencia de la ciudadanía de todos los días hasta que esto mejore, siempre y cuando le pongamos remedio todos.

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