El esquema de precios máximos establecido desde enero pasado y la carga fiscal que pesa sobre los combustibles, equivalente a una quinta parte del costo que paga el consumidor, provoca que a pesar de la caída en las cotizaciones internacionales del crudo -que se agudizó en las últimas semanas- los precios se mantengan constantes.
A partir del 1 de enero pasado entró en vigor el último aumento (de 1.9%) a las gasolinas y al diésel, con el cual la Secretaría de Hacienda puso fin a los llamados “gasolinazos” mensuales (que estuvieron vigentes por siete años) y estableció precios máximos.
Derivado de lo anterior, y a diferencia de lo que ha ocurrido en Estados Unidos, donde los precios se han ajustado recientemente en sentido inverso al comportamiento de las cotizaciones internacionales del crudo, en México se mantienen sin variación.
Así, mientras la semana pasada el precio del litro de gasolina regular (equivalente a la Magna) en el país vecino disminuyó a 0.77 dólares (12.35 pesos mexicanos) debido al ajuste a la baja en el mercado petrolero, en México el precio sigue en 13.57 pesos, tal como fue establecido desde enero.
Sobre la carga fiscal, ésta representa en promedio 21% del precio que el consumidor paga por cada litro de gasolina Magna, Premium o diésel. Lo anterior se suma a otros rubros como el flete o las mermas, según datos de la Secretaría de Hacienda.
Este esquema tributario se traduce en considerables ingresos para la Federación que a diario recauda más de 406 millones de pesos por los impuestos a las gasolinas y al diésel. En tanto, Pemex obtiene cada día mil 42 millones de pesos por la venta de gasolina Magna, 224.9 millones por la Premium y 651.2 millones por el diésel.
El desglose arroja que del precio máximo establecido por la Secretaría de Hacienda para la gasolina Magna, de 13.57 pesos por litro, 21.61% corresponde impuestos que se traducen en ingresos diarios para la Federación por 328.4 millones de pesos.
En el caso de la gasolina Premium y el diésel, los impuestos representan 20.07% y 22.06% del costo que pagan los consumidores.
Tan sólo en los primeros seis meses del año los ingresos para el fisco por el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) a las gasolinas ascendió a poco más de 114 mil millones de pesos, 73% más de lo que había previsto para todo el año en la Ley de Ingresos.