Vaya que siguen las sorpresas negativas sobre el crecimiento mundial. Dos países importantes como China y Brasil registran condiciones económicas desfavorables que podrían hacer pensar a la Fed (más específicamente China) si el inicio de alza en las tasas de interés podría ser en septiembre o como pensamos, más hacia el último trimestre del año.
CHINA…
Los últimos datos de balanza comercial dieron la puntilla para que el Banco Central de China tomara la decisión de devaluar su moneda en la mayor revisión a la baja en dos décadas y reformó el sistema cambiario para estimular su economía. El yuan se colocó en su menor nivel en 3 años y marcó su mayor caída desde 1994.
Analizando la información generada, no podemos descartar que el movimiento del yuan en los siguientes meses pudiera regresar a niveles de 2008-2009 que significan niveles alrededor de 6.85 yuanes, que le permitan tener una mayor competencia en su comercio exterior.
Todo ello a pesar de que el banco central de ese país comentó que el nivel actual alrededor de 6.40 yuanes podría estimular en mayor medida su economía.
Los últimos datos dan claras señales de que la economía podría seguir perdiendo impulso. Con ello, no es descartable que el PIB de China al tercer trimestre del año pudiera crecer a un menor ritmo al 7.0% registrado en el segundo trimestre de este año.
China es la economía que más aporta al crecimiento mundial a pesar de ser más pequeña que la de EU y por ello tiene un efecto mundial. Esta devaluación significa la necesidad de una política monetaria más flexible, pero ha generado expectativas de menor demanda en productos como petróleo, el cobre, el acero, entre otros.
BRASIL…
En este caso su economía ha venido a menos y hoy quizá está en punto “climax” con un proceso de recesión, en medio de una desconfianza total hacia el gobierno y con el compromiso de las olimpiadas de 2016, entre otros.
Esta semana recibió una baja en su calificación crediticia por parte de Moody´s y recientemente S&P le bajó la perspectiva a “negativa”, en ambos casos, quedando a un escalón de perder el “grado de inversión”. Esto significa que el costo del dinero aumenta y podría aumentar más, además de que el banco central ha tenido que mantener una política monetaria “restrictiva” para tratar de contener el nivel de inflación actual en 9.5%. También hay que destacar que la depreciación del real en lo que va del año alcanza niveles de 30% al ubicarse entre 3.45 y 3.55 reales por dólar a la venta en la parte interbancaria.
La economía brasileña es la más grande en Latinoamérica y podría tener un efecto también negativo en las economías de la región, al menos en sus mercados financieros.
La tendencia al alza en los gastos públicos, los temas de corrupción crecientes, la reducción en la meta del superávit fiscal de este 2015, así como la falta de acuerdos entre los partidos políticos sobre el ajuste fiscal impulsado por el gobierno son generadores de riesgo para que concluya el 2015 con una tasa de crecimiento negativa entre 1 y 2%.
Por todo esto, creemos que los mercados seguirán con cierta volatilidad. Tanto las divisas, las tasas de interés y los propios mercados accionarios seguirán viviendo momento bruscos, por lo que la toma de decisiones deberá ser bajo un enfoque objetivo y aprender a vivir con la volatilidad de los mercados.