Hablemos de moda mexicana. Que si no hay industria. Que si las prendas son muy caras. Que si no hay una plataforma sólida que dé promoción a los jóvenes diseñadores. Que si hay talento pero no la forma de explotarlo. Éstas son las cuestiones que se repiten hasta el cansancio bloggers, editores, diseñadores y el público en general.
Sin embargo, es importante también darle un espacio a un poco de historia: voltear hacia atrás para poder entender lo que ocurre en el presente.
La historia de la moda en México comenzó hace poco tiempo, tan poco que ni siquiera es fácil encontrar un documento que recopile tales o cuales diseñadores marcaron el rumbo que nos encaminará al futuro.
Debido a lo anterior, Pedro Loredo ocupa el tema de estas páginas, para honrar a alguien que comenzó a dar pequeños (grandes) pasos en lo que esperemos pronto deje de ser un terreno inestable.
El 19 de septiembre de 2010, a las 13:00 horas, el corazón de Pedro Loredo se detuvo. Tenía 87 años, que se traducen en realidad en toda una vida dedicada al mundo de la moda. Los titulares de los principales periódicos cantaban: “Fallece el diseñador mexicano más importante de todos los tiempos”.
Su carrera comenzó formalmente en 1953, cuando lanzó su primera colección de trajes sastres con solapas duras, completamente innovadores, a diferencia de otros sastres y costureras de la época que eran pocos y prácticamente diseñaban vestidos, Loredo se atrevió en darle a la mujer una pieza más.
Para la década subsecuente, el otrora vendedor de relojes, quien no recibió una formación como diseñador de textiles, debutó en la Semana de México en Nueva York, celebrada en el Rockefeller Plaza y presentó su colección en un crucero en Los Ángeles, invitado por Miguel Alemán Valdez, que en ese entonces encabezaba el Consejo Nacional de Turismo.
Loredo quería ser torero, sin embargo cuando se unió con Hilda, su compañera de vida y con quien tendría ocho hijos, se encontró con la necesidad de proveer para su familia. Comenzó a vender relojes y decidió visitar a un amigo sastre para intentar que le comprara uno. Mientras el amigo atendía a unos clientes, Pedro dibujó unos bosquejos, que asombraron al sastre e hicieron que cayera en cuenta de su gran talento nato. Al pasar de 15 días el recién descubierto diseñador ya había dibujado 300 trajes, que obviamente no pudo producir, pues aún no tenía los medios.
Su estilo era atrevido para la época: vestidos vaporosos, con transparencias, con motivos prehispánicos, que con el tiempo cruzaron mares y se convirtieron en tendencia: por primera vez en la historia, un diseñador mexicano había conquistado el mundo entero. “Llevo trabajando 56 años. He tenido la oportunidad de presentar mi moda en Estados Unidos, Rusia, Israel, Japón, Sudamérica, en todo el mundo y afortunadamente he tenido éxito en todas partes,” comentó el diseñador en su último año de vida en una entrevista.
Lo anterior consagró a Pedro Loredo como diseñador, y de ahí en adelante no dejó de trabajar hasta sus últimos días. Casi cincuenta años después, en los festivales musicales de verano podemos observar piernas decoradas por una falda transparente, creación del diseñador mexicano que le mereció una felicitación por parte del mismísimo Valentino, con quien tuvo a bien compartir pasarelas en la primera semana internacional de la moda. Ya para 1985, Loredo presentó un atavío negro asimétrico que resultó ganador en la competencia Vestido de Noche, misma que ganó segundo lugar en un concurso similar en Tsukuba, Japón.
Pedro Loredo ha sido uno de los pocos mexicanos en presentar sus colecciones en las capitales de la moda del mundo, gracias a su estilo irreverente –por lo menos para su época—y el uso de materiales como lentejuelas, encaje y chifón, además de prendas artesanales pintadas a mano. Cuando se le preguntaba sobre su fuente de inspiración -¿cómo podía seguir presentando colecciones después de tantos años?- además de la cultura de nuestro país, respondía: “A mí me inspira la mujer. Me gusta la belleza, creo que por eso trabajo en esto, para hacerle un homenaje”.
En años recientes, Pedro Loredo fue homenajeado en vida en distintas ocasiones y se presentó en plataformas nacionales recientes como Mercedes-Benz DFashion. “Cuando tengo éxito en una colección pienso que el futuro solamente puede ser crear algo mejor, siempre superarme.” Con esta idea vivió más de cinco décadas poniendo al diseño mexicano en alto ante los ojos del mundo.