Existen en el beisbol managers con la bien ganada fama de aplicar estrategias “conservadoras” cuando un juego se les complica.
Y aunque podrían recurrir al riesgoso pero muchas veces efectivo método de ordenar jugadas atrevidas para salir del atolladero, prefieren ir a la segura y poner en práctica las jugadas que a lo largo de la historia del centenario juego les han dado altísimos porcentajes de éxito.
Eso es lo que en el mundo del beisbol se denomina “jugar con el librito”; es decir, no arriesgar lo más por lo menos.
(Por cierto, el famoso “librito” es físicamente inexistente, pero la tradición centenaria del beisbol le ha conferido una existencia virtual que todos los buenos aficionados citan desde la tribuna, y muchos managers aplican en situaciones complicadas).
No es en absoluto exagerado establecer una comparación entre los managers conservadores -la mayoría de ellos exitosos con el beisbolero “librito” en mano, o en mente- y algunos líderes políticos mexicanos.
Líderes que conocen a fondo los usos y costumbres del poder; las intrincadas mecánicas de los partidos políticos y los oscuros recovecos de la administración pública. Líderes que distinguen a la perfección la diferencia entre “ilusiones políticas” y “obsesiones políticas”; que saben el qué, quién, cómo, dónde y por qué de las actividades políticas, y que, fundamentalmente, conocen el cuándo: cuándo es oportuno, necesario y eficaz que un político entre en acción abierta.
En otras palabras, que conocen y respetan el valor de los tiempos, hoy tan devaluados por aprendices de político acelerados; entusiastas sin objetivos; rebeldes sin causa; bisoños que se trepan a un ladrillo y los ataca el vértigo de altura.
¿De quién o de quiénes estamos hablando?
De políticos que pueden contarse con los dedos de una mano. Uno de ellos, Manlio Fabio Beltrones Rivera.
El cuasi presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional juega a la política en serio, sin perder de vista el “librito”, y casi todas sus jugadas le han resultado exitosas. De esa manera -con jugadas conservadoras sólo en apariencia-, el sonorense ha construido una sólida y duradera trayectoria política, siempre en posiciones relevantes y siempre en ascenso.
En pocos días, Beltrones comenzará su labor en el PRI con el apoyo y la cercanía del Presidente de la República.
¿Y luego?
Si Manlio Fabio se mantiene fiel a su personal e intransferible “librito”, el futuro quedará abierto para él, y su destino político, después de cumplir su ciclo como líder de su partido, será más promisorio de lo que sus críticos y hasta sus seguidores quieren creer.
O sea, primero, lo primero.
AGENDA PREVIA
Cuando en el futuro los expertos en medios de comunicación y telecomunicaciones realicen sus análisis, seguramente tomarán como un punto de inflexión lo sucedido la semana anterior en el mercado de valores estadunidense, cuando las cinco empresas más importantes de televisión de paga en Estados Unidos perdieron miles de millones de dólares, en gran parte a causa de un cada vez más potente competidor: Netflix.
Como reportó el Wall Street Journal, la caída de las cableras estadunidenses arrastró al Nasdaq Composite Index y al Dow Jones Industrial Average hasta presentar importantes caídas. La ola negativa incluso cruzó el Atlántico para contagiar a los mercados europeos. Lo que ocurrió en el país del norte, y que probablemente se replicará en otros países, se debió en gran medida a que muchos usuarios están migrando hacia plataformas que les permiten consumir contenidos televisivos a través de internet, conocidas como OTT.
El cambio en la dinámica del mercado de audio y video asociado, suscitado a raíz del ingreso de servicios como Netflix y ClaroVideo en México, debe ser analizado a fondo por los comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) para conseguir que la competencia entre los involucrados en dicho mercado sea justa y equilibrada, lo que generará beneficios directos para los usuarios.