Según las casas de apuestas, la pelea por la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional estuvo arreglada para que Ricardo Anaya le diera una paliza a su contrincante, Javier Corral. Y ya con el título en la cintura, lo primero que se le ocurrió a aquél fue declarar que su principal tarea será recuperar la Presidencia de la República en las elecciones de 2018, o sea, “echar al PRI de Los Pinos”.

 

A ver, Ricardito, dinos cómo le vas a hacer, le responden los priistas.

 

Ricardo_Anaya_PAN-8

 

Para empezar, agregan los tricolores, el candidato presidencial del tricolor no será un “perfecto fracasado” como Francisco Labastida Ochoa -Roberto Madrazo dixit-; tampoco se van a cometer los mismos errores porque dentro de tres años la línea, la unidad y la disciplina, lema del PRI durante más de 70 años, estarán más fuertes que nunca, prometen los neo priistas del siglo XXI. Y por si lo anterior no fuera suficiente, los panistas ya no van a tener de aliado al “Doctor Z”, quien fue el que contribuyó de manera muy importante a que el PAN, con Fox como candidato, echara al PRI de Los Pinos en 2000.

 

Los analistas políticos bisoños afirman que otro factor para evitar que el tricolor pierda la Presidencia en 2018 es que ya no habrá sana distancia entre el PRI y el Presidente, que según Manlio Fabio Beltrones, virtual nuevo presidente del CEN del PRI, fue lo que provocó que perdieran en 2000.

 

Con el debido respeto que se merece el “Jefe de Jefes”, acotan los observadores políticos, las causas de la derrota hace 15 años fueron otras, que nada tuvieron que ver con la “sana distancia”: hartazgo de la sociedad después de 70 años de “más de lo mismo”; crisis financieras, políticas y sociales recurrentes; promesas incumplidas; corrupción sin límites de muchos funcionarios de los gobiernos tricolores, entre otras cositas. Y como la cereza en el pastel, un presidente (Ernesto Zedillo) que fue un accidente de la historia política, y que como no era priista 100% calado, pues no le debía al partido el puesto.

 

Para quienes lo hayan olvidado, desde que Zedillo llegó a Los Pinos les dijo a los priistas que él no iba a designar a su sucesor, que se olvidaran del “dedazo”, que las elecciones de 2000 iban a ser democráticas, libres… pero nadie en el PRI se fijó en la “carambola de fantasía” del “Dr. Z”, hasta que vieron perdida la Presidencia.

 

¡Tienes razón en eso que dijo Beltrones de que por la “sana distancia” perdieron la silla en 2000!, exclama un observador político. Pero te voy a decir en qué estás equivocado, agrega: El “Jefe de Jefes” trae atoradas en el gaznate cuentas políticas pendientes con el ex presidente Zedillo, y el golpe que le dio, acusándolo de que por su culpa los echaron a patadas de Los Pinos, no fue sino el principio de una bonita guerra de bajo perfil que encabezará el próximo presidente del PRI para (ahora sí) marcar una sana distancia con el pluriempleado transnacional (Ernesto) y tratar de hundirlo en la ignominia política hasta que decida defenderse, contraatacar o renunciar a su militancia (¿cuál?) en el PRI.

 

Por otra parte, como la mejor defensa es el ataque, Beltrones decidió (antes de que comiencen a dar lata los reporteros) que, en este caso, la única respuesta posible a la pregunta de ¿por qué perdió el PRI en el año 2000 la Presidencia? Es: porque Ernesto Zedillo fue un traidor.

 

Por último, ¿crees que el sonorense se fue por la libre?, pregunta el observador. ¡Pues claro que no!

 

AGENDA PREVIA

 

La próxima semana –los días 27 y 28– se llevará a cabo en la sede del Senado (Torre de Comisiones) la VII Reunión Plenaria de los senadores del Grupo Parlamentario del PRI, que coordina Emilio Gamboa, y del Partido Verde en la LXII Legislatura. Inaugurará los trabajos el secretario de Gobernación; habrá mesas de análisis en materia de justicia, política exterior, economía, energética y hacendaria. Y una mesa de análisis a cargo del jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Aurelio Nuño Mayer, y del Consejero Jurídico del Ejecutivo Federal, Humberto Castillejos Cervantes.