El Juzgado 12 de Distrito en Materia Civil del Primer Circuito dejó sin efecto la medida precautoria que impedía el otorgamiento de nuevos permisos para la siembra de maíz genéticamente modificado, el cual entró en vigor el 27 de septiembre de 2013 por petición de un colectivo de 53 asociaciones civiles que están en contra de los cultivos transgénicos.
Con este fallo judicial, ahora la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) y la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) podrán reanudar el otorgamiento de los permisos de acuerdo a los criterios dictados en la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados.
Ricardo Guimarães, presidente del Consejo Directivo de AgroBIO México (organismo que agrupa a las empresas desarrolladoras de biotecnología agrícola) dijo que con esta decisión los beneficiados son los campesinos, ya que dispondrán de una opción para mejorar la productividad de sus campos de maíz.
“México confirma que cuenta con una regulación basta y sólida para continuar con el proceso de adopción de biotecnología agrícola, sobre todo en el caso del maíz, grano básico del que anualmente se importan más de 10 millones de toneladas”, dijo el empresario.
La medida cautelar para impedir el otorgamiento de permisos para sembradíos de maíz transgénicos es parte de una demanda del colectivo de asociaciones civiles contra este tipo de semillas, al cual consideran una amenaza contra la salud y cultivos nativos de México.
Dicha demanda es en contra de Semrnat, Sagarpa Semillas y Agroproductos Monsanto, Monsanto Comercial, Dow Agrosciences de México, PHI México (Pioneer-Dupont), y Syngenta Agro, impulsoras del maíz transgénico.
En tanto, las empresas afiliadas a AgroBIO argumentan que el maíz transgénico no representa riesgo ni para la salud de las personas, ni para las razas criollas de este cultivo, y prueba de ello es que se siembra comercialmente en más de 55 millones de hectáreas, en 17 países, alrededor del mundo y está autorizado su consumo en 65 países.
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