Dice la doctora Mercedes Juan, secretaria de Salud, que el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas ha sido un exitazo porque ha permitido disminuir el consumo en 6% en 2014, según información que le pasó el Instituto Nacional de Salud Pública. Lo que no informó fue si las enfermedades provocadas por la ingesta de refrescos han disminuido, pues supuestamente ese era el objetivo de dicho gravamen.

 

Los expertos en la industria refresquera afirman que alguien está engañando a doña Mercedes con las cifras, porque el consumo de bebidas endulzadas está aumentando, no disminuyendo.

 

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El grupo refresquero Arca Continental reportó a la Bolsa Mexicana de Valores que en el segundo trimestre de este año vendió 258.8 millones de cajas unidad de Coca Cola y otras bebidas saborizantes. Coca Cola Femsa colocó en el mercado ese mismo trimestre 659.4 millones de cajitas felices (135 millones de cajas más que hace cuatro años). Por su parte, Cultiba, única embotelladora de productos PepsiCo, informó que vendió en el segundo trimestre de este año 446.1 millones de cajas de ocho onzas, lo que representó un crecimiento de 0.7% en comparación con el mismo trimestre de 2014.

 

¿Dónde está la baja en el consumo de bebidas saborizadas?

 

Y por si los datos de las empresas mencionadas no fueran suficientes, ahí van otros: México es el país que más refrescos per cápita consume en el mundo, con 176.2 litros al año en 2012 (cifra superior en 694% al consumo promedio mundial (22.2 litros anual). Si consideramos el incremento de las ventas de cajas unidad de refrescos de 2013 a lo que va del 2015, lo más seguro es que ya superamos el récord mencionado.

 

Más contundente resulta el hecho de que en lo que va de este ciclo azucarero, el consumo nacional de azúcar se ha disparado de manera importante. De acuerdo con el último reporte mensual de Balance Azucarero, elaborado por el Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar (Conadesuca), de octubre de 2014 a julio del 2015 se incrementó en un 12%, al pasar de tres millones 477 mil 204 toneladas a tres millones 879 mil 331 toneladas. La principal industria consumidora es la refresquera; le siguen la panadera, la de dulces y chocolates; mermeladas y otros alimentos calóricos.

 

¿Quién engañó a la titular de Salud?

 

La secretaria Mercedes Juan recuerda que para combatir las enfermedades causadas por el consumo excesivo de bebidas saborizadas (obesidad y diabetes, principalmente) el gobierno federal les impuso desde el 1 de enero de 2014 un gravamen de $1.00 por litro. Y de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, durante el primer año de vigencia de esa disposición fiscal, la recaudación por IEPS, nada más por las multicitadas bebidas, superó los 18 mil millones de pesos, cifra que representa el 16.4% del total de ingresos obtenidos por concepto de IEPS (111,646.8 mdp). Se estima que para el 2015 el monto obtenido por ese gravamen sea similar.

 

Supuestamente, lo recaudado por el mencionado impuesto a los refrescos se iba a destinar específicamente a programas sociales, de salud y educativos; habría un menor número de diabéticos y de obesos y los costos de la salud se reducirían.

 

¿Qué cantidad de esos 18 mil millones de pesos se destinó a los programas de salud y en qué cantidad se han reducido los padecimientos?

 

AGENDA PREVIA

 

Después de más de 14 años de litigio, finalmente el Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero (FEESA) ganó el juicio mercantil que mantenía con Molienda Azucarera Industrial (MAISA), propiedad de Enrique Molina Sobrino. Después de la expropiación, la referida empresa, que era la encargada de comercializar el dulce de los nueve ingenios que le expropiaron al empresario, reclamaba la entrega de más de 200 mil toneladas de azúcar. El demandante pedía unos cuatro mil millones de pesos, según los enterados. El día de ayer, el Juzgado Tercero de lo Civil del Distrito Federal, estimó procedente “la caducidad de la instancia” presentada por MAISA.

 

Con dicho fallo, Carlos Rello Lara, director del FEESA, “cortó rabo y orejas”, afirman los espectadores.