El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) condenó la investigación que las autoridades capitalinas siguen por el homicidio múltiple ocurrido el pasado 31 de julio en la colonia Narvarte de la Ciudad de México, a la cual calificó de “burla” ante la que la propia sociedad condena con rabia.
A través de un comunicado, firmado desde las montañas del sureste mexicano por los subcomandantes Moisés y Galeano (antes Marcos), se asegura que “de arriba sólo hay que esperar simulación, engaño, impunidad, cinismo” y que ante cada crimen e injusticia impune se abre camino para que “el odio y la rabia” conlleven a la organización social.
“Miramos y escuchamos la rabia por la burla que es la investigación por el asesinato de Olivia Alejandra Negrete Avilés, Yesenia Atziry Quiroz Alfaro, Nadia Dominicque Vera Pérez, Mile Virginia Martin Gordillo y Rubén Espinosa Becerril, en la Ciudad de México”, precisa el documento en el que dieron cuenta además de la liberación de los homicidas del maestro Galeano, ocurrido en el Caracol de La Realidad, en mayo del año pasado.
En el comunicado emitido el pasado 16 de agosto, el EZLN aseguran que además de su rabia, coraje y odio por esta injusticia de liberar a los criminales que asesinaron al maestro zapatista, también escuchan “otras rabias”.
“Como zapatistas que somos, miramos y escuchamos no sólo nuestra rabia, nuestro coraje, nuestro odio hacia quienes allá arriba se sienten dueños y señores de vidas y destinos, de tierras y subsuelos; y hacia quienes se venden, con sus movimientos y organizaciones, traicionando su historia y principios… también miramos y escuchamos otros dolores, otras rabias, otros odios”.
Citan también otros casos de injusticias que siguen impunes como la rabia por las 43 desapariciones de normalistas de Ayotzinapa y la digna lucha a través de “los pasos incansables” de sus familiares; la tenaz búsqueda de justicia de los familiares de los niños y niñas asesinadas en la guardería ABC en Sonora.
También refieren la de los familiares de miles de desaparecidos y asesinados nacionales y migrantes; la rabia en el pueblo Nahua de Ostula, agredido por el Ejército; y la rabia en el pueblo hermano Ñahtó de San Francisco Xochicuautla por el despojo de sus bosques y la del pueblo hermano Yaqui por los presos injustamente y por el robo descarado de su territorio.
De igual forma los zapatistas aseguran que miran y escuchan desde la selva chiapaneca la rabia del magisterio democrático que resiste la guerra mediática, policíaca y militar que padecen por el delito de no rendirse.