La economía mexicana vive momentos complicados de cara a 2016, que seguirá influenciado por “riesgos en su crecimiento”. Ayer conocimos que el crecimiento del PIB al segundo trimestre de este 2015 fue de 2.2%, ubicándose por debajo de la previsión inicial. Asimismo, la SHCP ajustó su previsión de crecimiento a un rango de entre 2.0 y 2.8% respecto al 2.2 y 3.2% anunciado el trimestre anterior. Hace una semana el Banxico también revisó a la baja su rango a 1.70% desde 2.50%.

 

México ha logrado diferenciarse hasta el momento de otras economías emergentes, en este entorno en donde se han dado menores expectativas de crecimiento a nivel global. Una desaceleración de la producción industrial de EU ha afectado al sector industrial interno. Así como una menor producción de la plataforma petrolera junto con la caída significativa en el precio de la mezcla mexicana.

 

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Quizá un punto positivo dentro de todo este entorno volátil y adverso fue el anuncio de la SHCP de asegurar una cobertura para 2016 en los precios del petróleo en 49 dólares por barril. Un dato indudablemente menor al de 2015, pero que dentro del escenario que se vislumbra para 2016, con un crecimiento menor en la economía de China, la tendencia de baja en los precios del petróleo pudiera prevalecer. Si a ello se suma la inconsistente economía de Japón y algún otro riesgo geopolítico como el regreso de Irán a los mercados, entre otros, las perspectivas se muestran difíciles.

 

Durante los años 80 y 90 el precio promedio del petróleo rondó niveles de 25 dólares en el caso del WTI (referencia en EUA) y la economía mundial creció a tasas promedio de 2.7%. Si además Arabia Saudita quiere mantener la participación de mercado y acotar la producción de Estados Unidos principalmente, no hay duda que los precios del petróleo seguirán presionados junto con la posibilidad de que Irán regrese a los mercados en 2016.

 

Por ello, consideramos que este anuncio es positivo y a pesar de que tendremos menores ingresos petroleros, el hecho de haberlo fijado en el punto promedio diario de la mezcla mexicana hasta ahora es un buen elemento si consideramos lo precios actuales.

 

Ahora la economía mexicana requiere de oxígeno en el tema fiscal y, sobre todo, generar una mayor y mejor relación entre gobierno y empresarios que podría dar mayor confianza que al final también incide en nuevas inversiones.

 

La reforma energética no ha tenido el resultado esperado, pero creemos que será un elemento que en el mediano plazo impactará positivamente en el desempeño de la economía. A pesar del anuncio de principios de año de una disminución del gasto público equivalente a 0.70% del PIB (124 mil 300 millones de pesos), el hecho de haber pasado por las elecciones intermedias no se ha visto claramente en los números actuales.

 

Ahora el gobierno tiene que seguir trabajado con las autoridades monetarias (Banxico y/o la Comisión de Cambios) para buscar darle mayor estabilidad, que permita reducir riesgos hasta psicológicos en la población, en donde el poder adquisitivo en términos de dólares se ha reducido 20% en los últimos 12 meses. Además, para evitar riesgos de transferencia de precios hacia el consumidor final