Faltan 10 días para que cierre el mercado europeo y bien sabido es el hábito de muchos de los grandes de comprar justo en los minutos finales, pero difícilmente cambiará la sensación de que la liga española encara la temporada 2015-16 menos poderosa o rutilante en relación al curso anterior.
El Barcelona, imposibilitado para registrar jugadores hasta enero por un castigo de la FIFA, enflaqueció al haber traspasado a Pedro al Chelsea y jubilado a su capitán Xavi.
Real Madrid, a este día, sólo puede presumir un fichaje de relativo renombre, como lo es la llegada del croata Mateo Kovacic, a quien se unen elementos que retornan tras haber sido prestados o que son apuestas de futuro; su mayor duda seguirá siendo desde aquí y hasta que cerremos el mes, si logra incorporar al guardameta David De Gea.
El Atlético de Madrid volvió a hacer bien las cosas y pese a perder a Mario Mandzukic, ofrece sensaciones de poderío con el arribo de Jackson Martínez y Luciano Vietto.
Al tiempo, el Valencia tendrá que moverse para suplir la millonaria marcha del defensa Nicolás Otamendi a Manchester City, así como el Sevilla ya lo intentó tras haber vendido a Carlos Bacca (incorporó al italiano Ciro Immobile).
En resumen, que la liga más hegemónica del continente (posee a los dos últimos ganadores tanto de la Champions como de la Europa League), parece claudicar ante el poderío económico de los clubes ingleses.
Todavía no ha entrado en vigor el contrato de derechos televisivos que dejará a los equipos de la Liga Premier más del triple de lo que ingresan los españoles (con el añadido de que estarán bien distribuidos entre todos sus participantes y no acaparados sólo por dos grandes). Sin embargo, ya se percibe otro patrón de comportamiento en la forma de fichar de los británicos; de aquí en adelante, competir con ellos en el pago de traspasos o sueldos será muy difícil para quien no sea Real Madrid o Barcelona; la duda es en cuánto tiempo se proyectará tal superioridad económica en la cancha.
De momento, ya se proyecta en los reflectores acaparados. Quitando a los dos titanes ibéricos, o París Saint Germain, Juventus, Bayern Munich, que respectivamente son entes aparte en Francia, Italia y Alemania, ya nadie tiene recursos para pelear refuerzos a los integrantes de la Premiership… más lo que viene.
La liga española se había acostumbrado a despojar a los demás torneos de algunas de sus mayores figuras. Este verano, y a falta de 10 días para el cierre de los registros, no es ni remotamente el caso.
El futbol suele hacer como que no se entera de las crisis económicas; esta vez, no le queda más que apretarse el cinturón.
Abre la liga que, pese a todo y por lo pronto, aún es favorita para mandar en los certámenes continentales.