Ricardo Ferretti venía caminando a la salida del Campo dos, donde entrenaba Pumas. Lo esperaban varios reporteros que le pidieron una declaración, pero él no quería hablar. Ante la insistencia, reviró con una pregunta: “Primero dime, ¿Tuca es apodo o es mote?”

 

Después de unos segundos de silencio, estallaron las carcajadas de los que entendieron el doble sentido. Así es el nuevo técnico de la Selección Nacional cuando está de buenas.

 

Y normalmente lo está porque, a sus 60 años, es muy difícil hacerlo enojar y más difícil aún lograr que diga algo que no quería decir. El Tuca es sinónimo de equilibrio. No sólo en la cancha, donde nunca vamos a ver una locura al estilo de El Piojo Herrera, pero tampoco que Estados Unidos tome mal parado a su equipo con sus típicos contragolpes.

 

Ferretti juega 4-4-2, con dos medios defensivos de esos que últimamente no se encuentran en el Tri. Juega un sistema muy sencillo y concreto, y no hace muchos cambios sobre la marcha. La principal virtud de uno de sus equipos es mantener el orden sin importar el resultado. Así, desde que era jugador y tenía que recordarle a los jóvenes pumas mantener la calma.

 

Le gusta tener dentro del campo un jugador de referencia, un líder fuerte, justo como era su papel durante el campeonato de Pumas de 1991. O sea, un técnico dentro de la cancha.

 

Por eso, El Tuca tiene consideraciones a sus jugadores estrella y, salvo una vez, no ha enfrentado motines en sus equipos, la razón por la que nunca lo han despedido. Pero a cambio de las consideraciones, los mejores jugadores son a los que más exige. Si no responden, adiós y listo.

 

La única vez que vivió una sublevación fue cuando dirigió al Toluca de José Cardozo, en 2004. Según el ex presidente del equipo, Rafael Lebrija, el delantero paraguayo amenazó de muerte al entrenador, que optó por irse del equipo.

 

Ferretti dará a conocer hoy su lista de convocados. Seguro va a haber sorpresas, entre ellas algún naturalizado, con lo que comenzará oficialmente el interinato de El Tuca, que ni es como lo pintan, y mucho menos es mote.