Si la Reserva Federal de Estados Unidos aplaza para después de septiembre su alza en tasas, el peso podría estabilizarse o incluso recuperar terreno frente al dólar, siempre y cuando no haya otros eventos externos, coinciden analistas.
Ayer, el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, estimó que la reciente turbulencia global de los mercados accionarios habría reducido las expectativas de un incremento de las tasas de interés estadunidenses para septiembre.
“Si la Fed no sube sus tasas en septiembre o si se retrasara, el peso va a estar moviéndose de forma lateral, es decir, fluctuando alrededor de los niveles actuales, hasta que haya información sobre la decisión monetaria de Estados Unidos”, señaló Arnoldo López Marmolejo, economista principal de BBVA Bancomer.
Para James Salazar, analista de CI Banco, el regreso a la incertidumbre en la Fed puede impulsar momentáneamente al peso para que recupere terreno frente al billete estadunidense, aunque el efecto duraría mientras la especulación vuelve a ser protagonista en los mercados.
Luis Vallarino, director general de Interacciones, dijo que el dólar tiende a devaluarse después de que su autoridad monetaria aumenta las tasas, “porque sería de esperarse una revaluación momentánea, seguida de una devaluación general contra las monedas del resto del mundo, más duradera en el mediano plazo”.