NUEVA YORK. Donald Trump, precandidato presidencial republicano, repitió el martes su aseveración de que dejaría de comer galletas Oreo por la decisión de su fabricante de cerrar una planta en Chicago y trasladarla a México.
«Nunca volveré a comer galletas Oreo«, dijo Trump, antes de agregar que lo consideraría si pudiera encontrar algunas fabricadas en Estados Unidos.
La afirmación de Trump es parcialmente cierta.
Mondelez International Inc., compañía matriz de Oreo, dijo el mes pasado que decidió invertir 130 millones de dólares en la construcción de cuatro líneas de producción nuevas en una planta en México, que sustituirán a nueve líneas de producción más viejas en su planta de Chicago.
Esto supone que la planta de Chicago pasará de tener aproximadamente 1.200 empleados a alrededor de 600, dijo Laurie Guzzinati, representante de Mondelez. Pero la planta seguirá operativa.
Guzzinati señaló que la decisión de invertir en México se tomó después de discusiones con representantes sindicales de trabajadores en la planta de Chicago. Dijo que la empresa determinó que las nuevas líneas de producción costarían 46 millones de dólares menos por año en México que en Chicago, y agregó que la mano de obra era «uno de muchos factores».
Guzzinati señaló que las galletas Oreo se siguen fabricando en algunas plantas de Estados Unidos, incluidas en New Jersey, Oregon y Virginia.
La planta de Mondelez en Salinas, México, fue inaugurada a finales de 2014 y se espera que las cuatro líneas de producción adicionales estén listas a mediados de 2016. Dos de esas líneas producirán galletas Oreo, dijo Guzzinati.
Mondelez, que fabrica además galletas Chips Ahoy y goma de mascar Trident, ha dicho que su «plan de reinvención de la cadena de suministro» es parte de su esfuerzo más amplio para reducir costes y mejorar la productividad. DM