No hay duda que se viven momentos de gran incertidumbre en los mercados, donde hemos visto una “volatilidad” que no se percibía desde la crisis de 2008 – 2009 cuando existía un riesgo de una recesión mundial ante una crisis financiera en Estados Unidos que remató en Europa.

 

El problema es que estas volatilidades llegaron para quedarse algunos meses en los mercados. A diferencia de aquella ocasión, hoy la economía mundial crece a un ritmo moderado. El FMI estima que en 2015 el mundo aumentará 3.30%, mientras que el Banco Mundial estima que podría crecer 2.80%. Lo cierto es que el factor principal para nosotros se llama “Políticas Monetarias divergentes” donde las economías de países o regiones siguen teniendo necesidades muy diferentes para tratar de normalizar su crecimiento.

 

FMI

 

Hemos sido reiterativos de que la economía de Estados Unidos crece a un ritmo entre 2.0% y 2.5% que es bueno, pero que no genera señales de un “sobrecalentamiento” que apresure a la Fed a iniciar el movimiento de aumento en su tasa de interés. Sin embargo, mientras no tengamos “pistas” más concretas, el escenario de intercambio de flujos mundiales prevalecerá.

 

Hemos analizado algunos indicadores, como el comportamiento del dólar con relación a la canasta de divisas donde se incluye al euro, a la libra esterlina, al yen japonés, al franco suizo, al dólar canadiense, entre otros.

 

Nuestra opinión es que este indicador marca una señal de “estabilidad” donde no se ve por ahora algún movimiento de alza brusco en favor del dólar y ello nos lleva a pensar que el mercado estima que algunos datos de la economía americana y el riesgo global hacia su economía podrían llevar a la Fed a considerar si la alza en tasas de interés es viable o sería más prudente esperar más tiempo.

 

Queda claro que existen algunos indicadores como la producción industrial, las ventas al menudeo y la misma inflación que muestran signos aún de “cautela” por su desaceleración o niveles bajos según sea el caso, mientras que la confianza al consumidor y el empleo caminan bien y muestran signos de crecimiento al igual que el sector vivienda, aunque con riesgos de alta sensibilidad al movimiento en tasas de interés. Estamos percibiendo que la demanda gradual por bonos del tesoro continuará.

 

Ahora, la desaceleración de la economía de China se está dando por el “cambio de paradigma económico, es decir, de convertirse de un país inminentemente manufacturero y exportador a fortalecer en consumo interno.

 

Creemos que la liquidez que el gobierno está inyectando a través de reducir más el coeficiente de reservas a bancos y la baja en la tasa de interés, así como la reciente devaluación del yuan para recuperar su ritmo en las exportaciones, tratará de mantener un crecimiento esperado lo más cercano a 7.0%. Sin embargo, cada vez que salga un dato de su economía, los mercados estarán con mucha cautela.

 

Se aproxima septiembre y aunque las probabilidades de un alza en las tasas de interés de la Fed se han reducido, la volatilidad seguirá vigente en espera del comunicado de Janet Yellen para evaluar el riesgo China dentro del crecimiento de la economía en Estados Unidos. Aquí estaremos viendo más allá de los datos el factor de “credibilidad” del mercado hacia la Fed versus la necesidad real de alza en las tasas de interés.