Quizá sea un signo de la época actual y la generación de los millenials, a la que el autor Ron Alsop califica como la de los “Chicos Trofeo”, que tienen una demandante tendencia a obtener reconocimientos en cualquier aspecto de la vida y por el simple hecho de meramente participar en algo, independientemente de su calidad o aporte. Y es que pareciera historia antigua, pero hace muchos años los MTV Video Music Awards (VMA) solían premiar justo lo que hizo famoso a dicho canal: los videos musicales.
Este domingo 30 de agosto se llevará a cabo una edición más de la controvertida, multipublicitada y cada vez más intrascendente ceremonia, que pareciera que año con año intenta cosas más desagradables o polémicas y se aleja cada vez más de lo que fue su intención original.
Lejanos se ven aquellos días en los que se premiaba la imaginación y creatividad de videos para temas como “You Might Think”, de The Cars; “Money for Nothing”, de Dire Straits; “Sledgehammer”, de Peter Gabriel; “Cryin’”, de Aerosmith o “Ray of Light”, de Madonna, pues desde hace unos años, particularmente desde el inicio del Siglo XXI, los MTV VMA han dado paso a empujar lo que el periodista Arturo Aguilar, colaborador de Rolling Stone, señala como “la filosofía de la fama sin talento que aman los millenials y que creen se merecen, vía su última generación de programas reality. Nadie cree que se necesite talento o trabajo para alcanzar cierta fama o reconocimiento, porque todo les dice que no hace falta. Ahí MTV ha jugado un gran papel”.
Si bien es cierto que todo debe evolucionar y adaptarse a su época, es una realidad que ahora hasta los conductores de la ceremonia han dejado de tener la calidad de antaño. Así, los VMA han pasado de ser conducidos por celebridades como Eddie Murphy, Arsenio Hall, Chris Rock, Ben Stiller o Jimmy Fallon, a o no tener un host o tener a ‘famosos’ como Russell Brand, Kevin Hart o Miley Cyrus, quizá la figura juvenil más controvertida de esta época y quien será la encargada de la ceremonia de este año.
“Creo que es reflejo de los tiempos”, señala el ex periodista musical y creador del blog D3cibel, Carlos Vega. “No sé si haya una audiencia para tener un MTV como el de los años 80, y no sólo por la cultura musical, sino por las formas de consumo. En ese sentido, MTV dejó de ser referente de música. Y por supuesto, la cultura de la inmediatez y la frivolidad también tiene que ver. A final de cuentas es un negocio”.
En el mismo sentido comenta Aguilar: “Es un show dirigido a una audiencia muy adolescente, cuando antes había quizás un registro musical más amplio… amén de que antes había canciones. Ahora realmente es un ‘reality channel’ para millennials, en el que a veces ponen videos de los que son famosos para ellos”.
En este sentido, la inmediatez –y en gran parte la frivolidad- que otorgan las redes sociales ha jugado un papel fundamental, pues han sido (quizá mucho más que la misma MTV) las encargadas de encumbrar y volver famosos a celebridades (que no artistas) como Justin Bieber o Kim Kardashian.
“Las redes sociales, en el último lustro o década, han acentuado la narrativa de conjugar todo en primera persona y ponerse al centro de las historias como protagonista, es un círculo vicioso”, señala Aguilar, a lo que se suma Eduardo Martínez-Soto, ex periodista y publicista con más de 15 años de experiencia en entretenimiento:
“De hecho, son premios que ya no premian música ni videos, premian contenidos carentes de todo sentido, y mientras más banales, más premiados. Es decir, premian lo que se asocia a la música en cuestión, como el video en donde se encueran, o el artista que hizo algo controvertido, todo con la excusa de la música.
Ya no se reconoce la esencia de la parte musical, o en todo caso, de la parte del mérito artístico”.
Motivo de controversia y hasta calificados como una “afrenta a las buenas costumbres”, los MTV VMA han sido testigos de presentaciones que han quedado marcadas en la historia de la cultura pop: desde la legendaria presentación de Madonna en lencería, contoneándose en el piso y cantando “Like a Virgin”, en la primera edición, hasta el polémico twerking de Cyrus con Robin Thicke, sin olvidar el beso de boca a boca de Madonna con Britney Spears y Christina Aguilera, Spears bailando con una serpiente pitón o la interrupción de Kanye West a Taylor Swift cuando ésta recibía el premio por el video de “You Belong to me”, entre muchos otros.
Todos ellos generadores de altísimos ratings, tuits, retuits y miles de clicks en internet. Pero, ¿y los videos?
“En MTV son unos cínicos que ya no le dan preferencia a los videos, sino a las series que producen. Pero eso sí, todavía tienen el descaro de hacer sus premios y hasta se atreven a galardonar a esa ‘leyenda viviente’ llamada Kanye West. Son de flojera. Se han convertido en un pretexto para exaltar al pop más edulcorante y desechable que causa diabetes en el gusto musical”, sentencia Carlos Meraz, Editor de Espectáculos en excelsior.com:
“MTV empezó con la premisa de que el video mató a la estrella de radio, en alusión al primer clip de su programación, The Buggles (“Video Killed The Radio Star”), y la profecía se cumplió pero a la inversa, pues ahora quien mato al videoclip fueron las ‘estrellas’ con sus warholianos 15 minutos de fama”, añade Meraz, quien asegura que MTV cometió un suicidio creativo.
“Los flamantes ejecutivos de MTV mataron a la gallina de los huevos de oro, pues la cadena creó una industria y en su género no tenía competencia. Pero en un acto de atrevimiento, que yo llamaría suicidio, cambio de giro hacia los realities y series que todas las televisoras del mundo hacen”.
Lo que es un hecho es que MTV y sus premios a “lo mejor” del video (los de cine son motivo de otro análisis) han ido en declive, tanto en calidad como en rating. La edición del año pasado fue el programa más visto de ese día, con 8.3 millones de televidentes, pero casi 20% por debajo de la audiencia de un año atrás.
Por ello tiene que recurrir no a mostrar creatividad, innovación o talento, sino a crear controversia y conseguir que se hable de ellos, bien o mal, no importa. Por eso la elección de Cyrus como conductora de este año, la cual seguramente será polémica y escandalosa. Todo para tratar de revivir lo que está en estado de coma desde hace años, como de manera anónima expresó hace tiempo una directiva de MTV en EU, quien señaló que se planteaban quitar los premios, y que “sólo se mantienen porque ahora todo el mundo entrega premios, de lo que sea”.
En resumen, MTV está en una encrucijada, pues apostar a lo superficial, frívolo y banal para ganar audiencia no le ha dado los resultados esperados, y regresar a una fórmula que tenga que ver con los videos por cable tampoco es opción, pues su público objetivo los ve a través de dispositivos móviles. Ahora, más que nunca, su única opción es renovarse o morir.