La muerte y la desesperación aumentaron el viernes en la crisis de inmigración que se vive en Europa luego de que la policía austriaca indicó que 71 personas murieron aparentemente por asfixia en la parte trasera de un camión que fue hallado abandonado, al tiempo que se teme que unas 200 personas se hayan ahogado en aguas de Libia cuando dos botes sobrecargados zozobraron.
Más de 300,000 personas han buscado cruzar el Mar Mediterráneo en lo que va de 2015, un incremento en comparación con las 219,000 que lo hicieron en todo el año pasado. Es la mayor afluencia de gente desde la Segunda Guerra Mundial.
La muerte de 71 individuos encerrados en el camión en una carretera al sur de Viena muestra “la desesperación de la gente que busca protección o una nueva vida en Europa”, dijo Melissa Fleming, portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, en Ginebra.
La Organización Internacional para las Migraciones ha registrado 2,636 fallecimientos vinculados con cruces en el Mediterráneo este año, y más podrían haber desaparecido bajo las olas fuera de la vista de los rescatistas.
Cada día, miles de personas están abordando endebles botes con rumbo a Italia o Grecia, y muchos más están colocándose a sí mismas y a sus familias a merced de traficantes de seres humanos mientras avanzan trabajosamente a través de los Balcanes occidentales hacia lo que esperan será un futuro mejor. La mayoría huyen de la guerra, conflictos o persecución en países como Siria, Afganistán y Eritrea.
Varios factores están impulsando la oleada de refugiados sirios, incluidas las condiciones que empeoran en los centros de refugiados de ese país, en parte debido a recortes en el presupuesto, y la renuencia de las naciones vecinas a recibir a más gente, indicó la ONU.
En un comunicado emitido bajo su nombre, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo estar “horrorizado y con el corazón roto” por las muertes más recientes, e hizo énfasis en que una “gran mayoría” de las personas que emprenden esos recorridos tan peligrosos son refugiados que tienen derecho a recibir protección y asilo.
Exhortó a todos los gobiernos a actuar con compasión y dijo que planea organizar una “reunión especial dedicada a estas preocupaciones globales” el 30 de septiembre, durante la Asamblea General anual de líderes mundiales en la sede de la ONU.
Dos navíos naufragaron el jueves frente a la ciudad occidental libia de Zuwara, donde Hussein Asheini, de la Media Luna Roja, dijo que se recuperaron al menos 105 cadáveres. Aproximadamente 100 personas fueron rescatadas, de acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. Se estima que hay otro centenar de desaparecidos.
“Un equipo de la guardia costera sigue buceando y verificando el interior para ver si hay alguien más”, agregó Asheini.
Los trabajadores sacaron a los muertos del agua y los colocaron en bolsas de color naranja y negro para cadáveres en Zuwara, a unos 105 kilómetros al oeste de Trípoli. Varias víctimas flotaban boca abajo en un bote inundado que fue remolcado al puerto. Cuando menos uno de los muertos traía un chaleco salvavidas.
La mayoría de las personas rescatadas provenían de Siria y de países del África subsahariana, dijo Mohamed al-Misrati, portavoz de la Media Luna Roja en Libia.
“Uno puede imaginarse por lo que están pasando. Algunos de ellos siguen buscando a sus amigos. Estamos tratando de hablar con ellos, pero muchos están demasiado traumatizados como para hablar del incidente”, señaló.
La anárquica Libia, que carece de los recursos para hacer frente al flujo de migrantes, es el principal punto de partida para muchos. Traficantes inescrupulosos llenan botes que saben carecen de la capacidad para llegar a costas europeas, pero creen que los rescatistas recogerán a los pasajeros y los llevarán a Italia.
Con frecuencia los contrabandistas encierran a los migrantes bajo cubierta, donde las probabilidades de sobrevivir son aún menores. Los socorristas que abordaron un bote el miércoles hallaron a 52 personas muertas por asfixia en la bodega, según la ACNUR. Los sobrevivientes denunciaron que los contrabandistas los apaleaban para mantenerlos debajo de la cubierta, y uno dijo que les exigían dinero para dejarlos salir a respirar.
Mientras la agencia de la ONU indicó que más de 300.000 refugiados cruzaron el Mediterráneo en lo que va del año, la Organización Internacional para las Migraciones, una agencia intergubernamental, puso la cifra en 332,000 el viernes.
La policía húngara arrestó a cuatro personas durante la noche del jueves tras el hallazgo de 71 cadáveres en descomposición, incluidas ocho mujeres y cuatro niños, en la caja de un camión frigorífico abandonado a la orilla de una autopista en Austria.
Los sospechosos, presuntamente miembros de una gran banda búlgaro-húngara de contrabandistas, son un afgano y tres búlgaros, entre ellos el dueño del camión, dijo la vocera de la policía húngara Viktoria Csiszer-Kovacs. La policía allanó viviendas e interrogó a una veintena de personas.
La tragedia “debería servir como una llamada de atención… para una acción europea conjunta” con el fin de manejar la ola de migrantes que llegan a Europa, dijo Johanna Mikl-Leitner, ministra del Interior austriaca.