El neurólogo británico Oliver Sacks, aclamado autor de numerosos libros, entre los que destaca Despertar, que fuera trasladado a una exitosa cinta de Hollywood, murió a los 82 años de edad, en Nueva York.
La muerte de Sacks fue confirmada por su asistente personal, Kate Edgar, luego de que el neurólogo revelara, en un editorial en febrero pasado, que un melanoma en el ojo se había expandido a su hígado y que el cáncer había invadido su cuerpo.
Con más de un millón de copias vendidas de sus libros, alcanzó un nivel de popularidad muy poco común entre científicos, según el obituario de The New York Times. El diario asentó que recibía unas 10 mil cartas cada año.
Su libro Despertar (1973), sobre pacientes de hospital que pasaron décadas en una especie de catatonia hasta que Sacks probó un tratamiento nuevo, inspiró una película en 1990, en la que él fue interpretado por Robin Williams y que fue postulada a tres premios Oscar.
Nació en Londres, pero vivió en Nueva York desde 1965, donde escribió otros exitosos libros en que temas neurólogicos le servían como punto de partida para meditar sobre la condición humana. Sus libros describían casos clínicos de enfermedades poco conocidas, a menudo en la forma de lo que fue conocido como “novelas neurológicas”, con lo que ayudó a presentar al público en general síndromes como el de Tourette o Asperger’s.
En su éxito editorial de 1985 describió a un hombre que confundió el rostro de su mujer con su sombrero durante una visita a su consultorio, porque su cerebro tenía dificultades para interpretar lo que veía. Este caso inspiró la realización del libro El hombre que confundió a su esposa con un sombrero.
Otro caso, en el libro, presentó a mellizos autistas que tenían problemas con las matemáticas ordinarias, pero que podían efectuar otros cálculos sorprendentes.
En 2006, la revista Discover incluyó esa obra entre los 25 libros de ciencia más importantes de todos los tiempos, declarando que “legiones de neurólogos que investigan los misterios del cerebro humano citan este libro como su mayor inspiración”.
Otro libro, Un antropólogo en Marte: siete narraciones paradójicas (1995), describió casos como los de un pintor que perdió la visión de los colores en un accidente automovilístico pero que halló un nuevo poder creativo en blanco y negro.
“Oliver Sacks humaniza la enfermedad: escribe sobre el cuerpo y el alma y cada uno de sus casos de estudio rezuma sentimiento de respeto hacia el paciente y la enfermedad”, comentó Roald Hoffman, químico ganador del Premio Nobel, en 2001. “Lo que otros consideran una tragedia o una incapacidad, ve y nos hace ver, a un ser humano que enfrenta un problema biológico con dignidad”.
También, el británico recibió el prestigioso Premio Lewis Thomas a la escritura científica en 2002.
Su publicista, Jacqui Graham, indicó a la BBC que Sacks “murió rodeado de las cosas que amó y las personas que amó, con mucha paz, luego de una enfermedad que sabía que había tenido desde enero de este año”.