El presidente de la República parece estar dispuesto a implementar, one more time, otra estrategia para superar el rezago ancestral que existe en el campo mexicano. Para ello nombró como nuevo secretario de Agricultura a José Calzada Rovirosa, quien, dicho sea de paso, entregó la gubernatura de Querétaro al PAN en las pasadas elecciones del 7 de junio.
No habrá reforma al campo, como muchos analistas bisoños y varios agroyuppies esperan desde hace casi tres años, porque, dicen los que saben, no se requiere. Lo que necesita el sector agropecuario, como dice el presidente Enrique Peña Nieto, es que sea mucho más productivo, más rentable, más competitivo, más incluyente…
Una de las primeras tareas que encargó el Presidente al nuevo secretario de Agricultura, según informó éste, fue “revisar y cambiar las reglas de operación (de las decenas de programas de apoyo al campo, diseñados e instrumentados por el gobierno federal) para que sean más accesibles y oportunos; con un mayor beneficio para los productores”.
Un día antes del nombramiento de Calzada Rovirosa, el presidente Peña había enumerado una serie de acciones en su administración que han dado nuevo rostro al campo, entre ellas, haber convertido los subsidios, antes asistencialistas, en incentivos a la productividad. Desde 2013 los apoyos del nuevo Proagro Productivo se entregan a cambio del compromiso de los beneficiarios de utilizarlos para producir más y mejor; el año pasado 98% de los beneficiarios de este programa acreditó el buen uso de los recursos. Este año se atenderán 2.3 millones de productores con una inversión superior a los 13 mil 600 millones de pesos.
Diversas instituciones de la banca de desarrollo que tienen injerencia en el campo, han colocado en el primer semestre del año 187 mil 800 millones de pesos en créditos para el sector agropecuario y rural, informó Peña Nieto, y puso como ejemplo los que desde hace un año otorga la Financiera Nacional de Desarrollo con tasas más baratas.
Para incrementar la productividad de los cultivos se está fortaleciendo la tecnificación del riego y la modernización del campo; entre 2013-2014 se tecnificaron en todo el país 267 mil hectáreas, y se pretende cerrar el año con 417 mil. Además, se ha promovido la productividad y modernización de la actividad agrícola, mediante apoyos para la compra de tractores; a la fecha, se ha respaldado la adquisición de seis mil 580 unidades.
Otras acciones han sido el Programa de Innovación para el Desarrollo Tecnológico y Aplicado y la integración de cadenas de valor; la promoción de esquemas más eficaces en materia de ordenamiento de mercados y administración de riesgos; mejores prácticas sanitarias y de inocuidad, y una activa política comercial para ampliar los mercados internacionales para los productos agroalimentarios mexicanos.
Las exportaciones de los productos agroalimentarios y su valor están creciendo. De acuerdo con cifras del INEGI, su valor superó los 14 mil millones de dólares (5.2% mayor al que se tuvo en el mismo periodo del año pasado).
Esas y otras acciones permitieron que en el primer semestre de 2015 el sector agropecuario reportara un incremento de 4.5% a tasa anual, casi el doble de la economía en su conjunto.
¡Vamos a ver si Calzada Rovirosa logra superar las cifras mencionadas y cumple con la tarea del Presidente!, insisten los agroyuppies.
AGENDA PREVIA
El viernes pasado comentamos en este espacio que el nombramiento de Claudia Ruiz Massieu como secretaria de Relaciones Exteriores había dejado perplejos a varios observadores, quienes se preguntaban: ¿Qué factores consideró el Presidente para darle tan importante nombramiento? Por lo pronto, van cuatro: 1. Después del canciller, era la funcionaria de alto nivel con más presencia en el extranjero. 2. Era quien más acompañaba al canciller en sus giras. 3. En su gestión como titular de Turismo se pudo reposicionar la imagen de México en el mundo. 4. Como consecuencia de lo anterior, regresamos al “top 10” de los países más visitados.
¡Que le valgan, pues!