El secretario de Hacienda se vio en la penosa necesidad de aclarar a los legisladores de su partido (el PRI, para quienes lo hayan olvidado) que él no ha prometido al sector empresarial que van a “flexibilizar” la reforma fiscal ni “mafufadas” por el estilo, como ha declarado el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, también “vocero oficioso” de la dependencia federal.
El viernes pasado, Videgaray les dijo a los senadores del tricolor que al menos él no ha aceptado modificar el régimen de deducciones. El gobierno federal “no se echará para atrás en la reforma fiscal”, dicen que les dijo. “No esperen que cambiemos el régimen de deducciones… a lo mejor el propio sector privado ha generado una expectativa más allá de lo que será la realidad”, fueron supuestamente las palabras textuales.
Lo que sí admitió el titular de las finanzas fue que la dependencia lleva varios meses trabajando con los “cupuleros” para tratar de encontrar “algunas cosas” que se pueden modificar por tener un bajo costo recaudatorio. Eso que se ha dado en llamar la “flexibilización de la reforma hacendaria, que si nos vamos a echar para atrás… la respuesta es contundente: No va a haber ningún espacio, ninguna posibilidad; el horno no está para bollos”, dicen que dijo aquél a los senadores.
Ya decíamos nosotros en esta columna que Hacienda no iba a sacrificar los cientos de miles de millones de pesos que está recaudando gracias a la reforma fiscal. Y también dijimos que “el horno no estaba para bollos” y otros argumentos que expuso el secretario.
Unos días antes de reunirse con los senadores del PRI, Videgaray les había advertido a los diputados del tricolor que integrarán la LXIII Legislatura que se abstuvieran de hacer su carta a Santa Claus y a los Reyes Magos cuando analicen y autoricen el Paquete Económico, integrado por la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación, que el Ejecutivo enviará el próximo 8 de septiembre.
¡Nada de que van a subirle un dólar al precio del petróleo!, les dijo; mucho menos vayan a aumentar el gasto; ni proponer Adefas o esquemas disfrazados que lo único que provocan son desequilibrios en las finanzas públicas. Ya no es como antes que gastábamos irresponsablemente, que nos endeudábamos hasta las cachas; que derrochamos la abundancia petrolera… hoy estamos más fregados que nunca, les quiso decir el secretario de Hacienda a los señores y señoras diputadas, comentamos en este columna el 26 de agosto.
Algunos analistas financieros bisoños no saben a quién creerle, si al secretario de Hacienda o a los empresarios. Por su parte, los observadores políticos afirman que Videgaray está manejando un doble discurso para quedar bien tanto con los legisladores como con el sector empresarial.
En los próximos días, cuando el Ejecutivo envíe al Legislativo el Paquete Económico para el 2016, vamos a descubrir quiénes dijeron la verdad sobre la “flexibilización” o no de la reforma fiscal. Mientras tanto, algunos empresarios insisten: A nosotros Videgaray nos dijo que “se iba a poner blandito” en el tema de la deducibilidad de inversiones, pero nos pidió que tratáramos discretamente el asunto. Sin embargo, el presidente de la Coparmex, Juan Pablo Castañón, y el director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, Luis Foncerrada, le hicieron saber a todos los organismos del sector que el secretario de Hacienda iba a “doblar las manitas” y otras cosas horribles, que lo único que han provocado es que Videgaray se retracte ante los legisladores de su partido y ponga en riesgo algunos acuerdos.
¿Y así, poniendo en aprietos al secretario de Hacienda, quiere el señor Castañón contender por la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial?, preguntan en el gremio. De Foncerrada, pues ni qué decir, porque lo más seguro es que un día de éstos “le den cuello”, porque ya lleva “varias metidas de pata”, dicen los malosos.