MANAGUA. La fuerza de los colores de la naturaleza nicaragüense, inundada de luz y colorido por sus flores rosas, rojas y naranjas, o los lilas de las buganvilias que invaden las calles y casas de todo el país, sellan la moda nica” que arribó esta semana a París.

 

Si la moda nicaragüense tiene un valor agregado para competir a nivel internacional es su colorido y las manos de artesanas que trabajan las prendas o accesorios para llegar a un producto final que tiene “lo mejor de Nicaragua”, aseguraron hoy las diseñadoras Shantall Lacayo y Ana Alexandra Velázquez.

 

Estas dos jóvenes diseñadoras, creadoras de marcas de lujo, viajaron este lunes a la capital francesa, en busca de conquistar el mercado internacional de la moda a través de la feria Who’s Next París 2015.

 

11058621wAmbas diseñadoras conjugan las últimas tendencias de la moda con la identidad de su país, calidad, precios competitivos y responsabilidad ética y social en productos completamente hechos a mano.

 

En los últimos años han surgido diseñadores de calidad, que participan en la moda internacional, lo que ha creado una nueva expectativa y que se esté abriendo el sector de la moda en el país, explican.

 

Para ellas, Nicaragua tiene el potencial y la calidad de la mano de obra para convertirse en representante de la moda centroamericana a nivel mundial, para lo que los diseñadores necesitan, según dicen, apoyo que les permita proyectarse, exhibirse y ser apuntados desde el mundo.

 

Velázquez trabaja el cuero bovino, de becerro y de pelibuey para bolsos, carteras y calzado en colores fucsia, azul cobalto, amarillo, naranja y beige, entre otros, logrando innovadoras combinaciones y diseños con acabados naturales y orgánicos, algunos de ellos con una apuesta por los flecos, y otros por las flores y los pétalos.

 

Por su parte, Lacayo ha inspirado los estampados y bordados de su última colección de indumentaria en la flor genciana, típica del país y que se usa en los bailes de folclor, con una paleta de colores que contiene el rojo, azul, blanco, rosa y verde limón, mezclada con un estilo deconstructivo y cubista.

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Además, para estas diseñadoras la moda puede ayudar a transformar la sociedad y ejercen como empresarias una parte de responsabilidad social.

 

“He sido testigo de muchos cambios de personas que trabajan con nosotros, a los que damos una segunda oportunidad”, indica Velázquez.

 

Sus productos son elaborados a mano por artesanas y grupos indígenas, y están a la vanguardia de la moda internacional pero además transforman vidas.

 

“Tratamos de trabajar en pro del empoderamiento de la mujer, y desarrollamos e interpretamos a su vez técnicas de bordados y deshilados de artesanas de Masaya, de Monimbó, que muchas veces vemos en los mercados locales”, apunta Lacayo.
Masaya, conocida como la cuna del folclor de Nicaragua, al sureste de Managua, posee una fuerte industria artesanal, y allí se localiza también el pueblo indígena de Monimbó.

 

La diseñadora explica que al estar en un país tan pequeño como Nicaragua, que está surgiendo en moda, son muchos los que sueñan en grande, lo que es un “gran motor de vida”.

 

“En ciudades grandes la gente se acostumbra a que hay de todo, en cambio para nosotros está ese deseo de crear, de soñar”, expresa.

 

Ambas diseñadoras participarán en la feria parisina del 4 al 7 de septiembre, después de haber sido seleccionadas por un programa gubernamental dirigido por el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific), la Unión Europea y la Agencia de Promoción de Inversiones (ProNicaragua).

 

Las diseñadoras esperan conquistar no solo el mercado parisino sino ampliar sus puntos de venta a boutiques de otros países.

 

Velázquez se muestra interesada en los mercados español e italiano, no solo en introducir sus colecciones de cuero, sino también en conocer la producción y elaboración de las tenerías de cuero españolas e italianas y poder colaborar para crecer.