Suena extraño, pero va acorde con la actual movilidad de poblaciones que se da en el planeta: que un padre pueda ver a sus hijos militando en selecciones distintas.

 

Rafinha, volante ofensivo del Barcelona, ha decidido jugar con el equipo brasileño, tal como su hermano mayor, Thiago, medio centro del Bayern, años antes prefirió acudir al llamado del español.

 

Los Alcántara nacieron con menos de dos años de diferencia, hijos del soberbio volante Mazinho, quien fuera campeón del mundo titular con la Verdeamarela en Estados Unidos 1994. Sus cambios de club propiciaron que cada integrante de la familia viera su primera luz en sitios diferentes. Thiago en Italia, Rafinha en Sao Paulo, aunque fue en España, con Valencia y Celta, en donde Mazinho explotó al máximo como referente del medio campo.

 

Cuando tenían respectivamente 14 y 12 años, el Barça integró a los Alcántara a sus divisiones inferiores, donde destacaron y forjaron profunda relación con otros hermanos de padre brasileño: los mexicanos Giovani y Jonathan Dos Santos.

 

MLS Galaxy dos Santos_Sald

 

Al paso del tiempo, Thiago aceptó la convocatoria de la selección española, en la que está llamado a ser algo más que un eje. Los tiempos de Rafinha, sin embargo, fueron más lentos y apenas esta temporada pinta para tener mayor cantidad de minutos.

 

Brasil le ha convocado y el blaugrana de 22 años ha accedido. No conforme con la ruptura que eso supone en relación con lo elegido por el primogénito de la familia, Rafinha explicó que intentó convencerle de representar al scratch y no a la roja.

 

De forma tal que podremos ser testigos del segundo episodio de dos hermanos rivales en un Mundial. El único precedente se dio entre los Boateng, cuando Kevin-Prince decidió jugar para la tierra de su padre, Ghana, al tiempo que Jerome optó por realizarlo con el lugar donde nació, Alemania. El destino se empecinó tanto, que ghaneses y alemanes se enfrentaron en los últimos dos Mundiales, con la familia Boateng partida.

 

No obstante, vale la pena precisar que los Boateng son medios hermanos y crecieron incluso en casas diferentes, mientras que los Alcántara llevaron su vida y carrera de la mano, hasta que Thiago fue fichado por el Bayern Munich.

 

Historia bastante atípica, a la que debemos añadir algunos elementos: que más allá de que Rafinha prefirió a Brasil, aún no está en nivel para demandar un espacio en la selección española. Y es que tiempo atrás era mucho más fácil hacerse hueco en el once hispano que en el verdeamarela, algo que ha cambiado radicalmente, con una producción de talento futbolístico mucho más elevada en la península ibérica que en el gigante sudamericano (por ello también, Thiago habría recibido de inmediato las llaves del medio campo brasileño).

 

Situación extraña, pero lógica si se considera la cantidad de gente que cambia de país permanentemente. Y más, tratándose de futbolistas, quienes brincan de país en país trazando carrera y haciendo familia.

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