Sólo son cuatro partidos, pero poco importa que en la lista de enfrentamientos de Ricardo Ferretti al frente del Tri estén Trinidad y Tobago, Argentina, Estados Unidos (importante por el pase a la Copa Confederaciones) y Panamá. Es que en un par de días de concentración, han cambiado algunas cosas en la Selección Mexicana, empezando por el borrón que sufrieron Giovani dos Santos y Guillermo Ochoa, hasta la intensidad y seriedad en las caras de los seleccionados; nada que ver con las risas y carcajadas durante la etapa de Miguel Herrera.

 

Sin importar que Andrés Guardado, el actual capitán, se empeñe en negar que la disciplina nunca se perdió con El Piojo, durante los pocos entrenamientos que Ferretti ha tenido oportunidad de dirigir se notan pocas sonrisas y, eso sí, mucho diálogo del timonel con hombres del calibre de Guardado y Carlos Vela.

 

Por otro lado, hay sal que no se fue ni con el cambio de estratega. Tiene que ver con las complicaciones para tener equipo completo, empezando por las lesiones. Oribe Peralta no pudo viajar con los verdes y Paul Aguilar está entre algodones. Ni hablar de los problemas que trajo el cierre de contrataciones en Europa.

 

De entrada El Tecatito Corona, recién contratado por el Porto, por problemas con sus documentos de plano no llegará a la concentración de los verdes para los juegos ante Trinidad y Tobago y Argentina. El caso de Miguel Layún, también recién firmado con los dragones, es una incógnita respecto a su llegada, y el partido ante Trinidad ya es el viernes. Javier Chicharito Hernández, quien apenas ayer debutó con el Bayer Leverkusen, su nuevo club en la Bundesliga, de plano está descartado para el duelo de este viernes.

 

Así, entre situaciones que no cambian y bajo la férrea mirada del bigote de su dirigente, el Tri se prepara para una mini nueva era, la de Ricardo El Tuca Ferretti, quien tendrá, muy a su pesar que dirigir: dos partidos “moleros”, como él le llamaba a los duelos ante equipos como Trinidad y Panamá; uno de alto nivel, contra Argentina; y uno trascendental, ante Estados Unidos por el pase a la Copa Confederaciones.