Otto Pérez Molina, que renunció hoy a la Presidencia de Guatemala para someterse a la Justicia por denuncias de corrupción y cuya prisión provisional ordenó este jueves un juez, dijo que si se “hubiera querido ir del país” lo habría hecho.
“Si me hubiera querido ir del país lo habría podido hacer. Incluso hace dos días o el mismo día de ayer. Pero siempre lo dije: voy a respetar el debido proceso y voy a dar la cara”, dijo Pérez Molina a periodistas en el Juzgado B de Mayor Riesgo.
El ex mandatario fue imputado este jueves de tres delitos por la Fiscalía, que lo acusa de dirigir una red de corrupción en el ente recaudador de impuestos, caso por el que renunció para enfrentar a la Justicia.
“No estamos dispuestos a salir huyendo ni corriendo. Estamos dispuestos a asumir la responsabilidad para aclarar esta situación”, agregó el exgobernante y general retirado, quien fue enviado a prisión provisional por el juzgado.
El ya expresidente se acercó a los medios tras la audiencia y ratificó nuevamente su inocencia, desvinculándose de las más de 35 escuchas telefónicas presentadas por el Ministerio Público (MP) en su contra durante la diligencia judicial, incluida una en la que le da órdenes al exdirector del ente recaudador de impuestos.
Las pruebas exhibidas, dijo Pérez Molina, “no tienen consistencia” y algunas de las supuestas evidencias que lo comprometen “están basadas únicamente en las escuchas”.
“Eso lo hablaré mañana con el juez, cuando me toque hablar, para hacerle saber con todo respeto cuáles son los puntos de vista para que él tenga argumentos suficientes para poder discernir entre lo que presentó el MP y lo que yo aclare”, agregó Pérez Molina.
Pérez Molina, de 64 años, fue ingresado este jueves en una cárcel que funciona en el cuartel militar Matamoros, en la capital, como ordenó el juez Miguel Ángel Gálvez.
Un tumulto de personas apostadas en la ruta gritaba “si se pudo” al paso del vehículo que transportó a Pérez Molina desde la Torre de Tribunales hasta el cuartel militar.
“Corrupto”, fueron otras de las consignas, mientras la Policía se abría paso para ingresar al exmandatario a la instalación.
De acuerdo a las investigación de las autoridades, Pérez Molina supuestamente coordinó la trama de corrupción en el ente de impuesto en complicidad con 28 personas, incluida Roxana Baldetti, la exvicepresidenta que por el mismo caso renunció en mayo pasado al cargo y está en prisión preventiva desde el 21 de agosto.
El Congreso aceptó la dimisión de Pérez Molina y juramentó este jueves a Alejandro Maldonado, hasta ahora vicepresidente, como el nuevo jefe del Estado, un cargo que ejercerá hasta el próximo 14 de enero, cuando culmina el período de 4 años para el que fue elegido el ahora exmandatario.