El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ganó hoy el apoyo del rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz, quien expresó al mandatario su respaldo al acuerdo nuclear con Irán durante la primera reunión de ambos en la Casa Blanca.
“Salmán expresó su apoyo al Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) entre Irán y los países del G5+1, que una vez plenamente implementado impedirá que Irán obtenga un arma nuclear y con ello mejorará la seguridad en la región”, apuntaron los Gobiernos de ambos países en una declaración conjunta.
El encuentro entre los dos líderes tuvo lugar pocos días después de que Obama se asegurara el suficiente apoyo en el Congreso para garantizar que el pacto iraní entre en vigor, al sumar los votos suficientes para poder vetar cualquier resolución en contra auspiciada por la oposición republicana.
Riad había manifestado serias preocupaciones sobre el acuerdo entre las seis potencias (EU, Rusia, China, Reino Unido y Francia más Alemania) y la visita del monarca a Washington representa el primer esfuerzo importante del Gobierno de EU para tranquilizar a importantes aliados del Golfo Pérsico, a medida que el acuerdo entra en una nueva fase.
Salmán bin Abdulaziz se ausentó el pasado mayo de la cumbre de países del Golfo que el presidente estadounidense organizó en Camp David, una ausencia considerada por muchos expertos como una muestra de renuencia del rey saudí a las conversaciones que, por entonces, estaban avanzando entre Irán y el G5+1.
No obstante, en la reunión de hoy, el monarca acordó con Obama continuar trabajando sobre las bases discutidas en Camp David, con el objetivo de seguir estrechando lazos con los países de la región y fortalecer su cooperación, sobre todo en materia de seguridad.
Tras el encuentro entre ambos, el ministro saudí de Asuntos Exteriores, Adel al Jubeir, explicó que su Gobierno está satisfecho con las condiciones que especifica el pacto, y cree que éste contribuirá de manera efectiva a la estabilización de la región.
“El reino de Arabia Saudí se mostró satisfecho con estas garantías después de haber pasado los últimos dos meses consultando con nuestros aliados”, afirmó al Jubeir.
“Creemos que este acuerdo contribuirá a la seguridad y la estabilidad en la región”, señaló el jefe de la diplomacia saudí, quien agregó que su país confía en que cualquier ingreso adicional que logre Irán por el levantamiento de las sanciones internacionales será utilizado para el desarrollo del país, y no para otras actividades contra sus vecinos.
La declaración emitida por los dos países tras el encuentro entre sus mandatarios no ha ahondado en el pacto nuclear, pero sí aborda otra serie de asuntos de interés bilateral, incluidos los conflictos en Yemen y Siria y la lucha antiterrorista contra el Estado Islámico (EI).
En este sentido, acordaron acelerar la provisión de equipos militares al reino saudí, así como aumentar la cooperación en materia de lucha contra el terrorismo, la seguridad marítima, la seguridad cibernética y la defensa de misiles balísticos.
“Señalaron la importancia de su cooperación para detener el flujo de combatientes extranjeros, para contrarrestar la propaganda de odio del EI, y cortar los flujos de financiación del terrorismo”, agregó la declaración.
Ambos líderes subrayaron la necesidad de un compromiso a largo plazo en este terreno, e insistieron en que la lucha contra Al Qaeda y el EI “requiere una cooperación sostenida” de los países socios en todo el mundo.
Sobre el conflicto yemení, el rey Salman transmitió el compromiso de Arabia Saudí “a seguir ayudando al pueblo de Yemen” y trabajar con los socios internacionales para permitir el acceso sin trabas a la asistencia humanitaria de Naciones Unidas.
Los dos mandatarios coincidieron en que la solución a la crisis siria pasa por que “emerja un estado democrático, pacífico y plural, libre de discriminación y sectarismo”, y reiteraron que cualquier “transición política significativa” en el país tiene que incluir la salida de su presidente, Bachar Al Asad.
Esta es la primera visita oficial a Washington del monarca saudí, de 81 años, desde que ascendiera al trono tras la muerte de su hermano, el rey Abdalá, en enero pasado, y el primer encuentro entre ambos líderes desde entonces, cuando Obama viajó al país árabe.