CIUDAD DEL VATICANO. El Papa Francisco anunció que las dos parroquias ubicadas dentro del Vaticano acogerán en los próximos días a familias de refugiados que huyen de la guerra en Siria e instó a las comunidades católicas de Europa a hacer lo mismo.

 

Un imperioso llamado que lanzó el Papa desde la ventana de su estudio personal, en el Palacio Apostólico, y ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro para recibir su bendición con el Angelus dominical.

 

Tras pronunciar la oración mariana, al momento de los saludos finales, aseguró que la misericordia de Dios se reconoce a través de las obras de los fieles, como demostró la madre Teresa de Calcuta de la cual ayer se recordó el aniversario de su muerte.

 

Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y por el hambre, y están en camino hacia una esperanza de vida, el evangelio nos llama a ser próximos de los más pequeños y abandonados. A dar a ellos una esperanza concreta”, dijo.

 

“No sólo decirles: ‘¡ánimo, paciencia!’. La esperanza es combativa, con la tenacidad de quien va hacia una meta segura”, agregó.

 

En proximidad del Jubileo de la Misericordia, que se inaugurará el 8 de diciembre, llamó a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa a expresar lo concreto del evangelio y acoger una familia de refugiados.

 

“Un gesto concreto en preparación del año santo. Cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio o cada santuario de Europa hospede a una familia, comenzando por mi diócesis de Roma”, insistió.

 

También se dirigió a sus “hermanos obispos de Europa, verdaderos pastores”, pidiéndoles que en sus diócesis sostengan su llamado, recordando que misericordia es el segundo nombre del amor.

 

“Todo lo que habéis hecho por uno de mis hermanos más pequeños, lo habéis hecho por mi. También las dos parroquias del Vaticano acogerán, en estos días, dos familias de refugiados”, apuntó.

 

La ola de refugiados que se ha abatido sobre Europa como consecuencia de la guerra en Irak y Siria ha captado la atención mundial, sobre todo después de la fotografía del pequeño Aylan cuyo cuerpo sin vida fue hallado en una playa de Turquía.