1.- El Bronco debe concentrarse en 2018. La política es de timing, y el no explotar en la próxima elección presidencial el impulso que obtuvieron los independientes, sería un error histórico. Los que critican su abierto proselitismo no saben de política: debe mantenerse vigente a como dé lugar; la mala o nula mercadotecnia política vuelve fantasmas hasta a los más astutos políticos. ¡No importa que no haya tomado posesión de la gubernatura de Nuevo León, la carrera ya empezó! AMLO, Manlio, Meade, Nuño, Margarita, Moreno Valle, todos se van a adelantar, ¿por qué él no?
Por eso las visitas a otros estados; por eso el discurso de “despertar” al país y lo de que Nuevo León será el inicio de la “segunda Revolución Mexicana”; por eso el estilo ranchero, bravucón y ruidoso (si le sirvió a Fox…); por eso ya empezó a referirse a la gente como “el pueblo”; por eso lo de recibir currículums en Facebook. Nada en política es casualidad. El Bronco es ahora un actor y debe asumirse como tal. Además, el hecho de que en 2011 sobrevivió a dos atentados –uno supuestamente orquestado por Los Zetas– es muy buena publicidad.
A casi tres años de distancia, una encuesta del Reforma lo puso en cuarto lugar rumbo a 2018; la oportunidad de crecimiento es enorme. Y si lo empiezan a atacar, se debe hacer la víctima (si le ha servido a AMLO…) bajo el argumento de que “los partidos quieren descarrilarme porque saben que conmigo las cosas van a cambiar”. Nuevo León es sólo un escalón para que El Bronco pueda liberar a la nación entera del yugo de los partidos corruptos. Un pragmático no se tienta el corazón con el argumento de que “lo eligieron para gobernar seis años, no sólo dos”. La política no espera a nadie. El 4 de octubre –día en que tomará posesión de la gubernatura– inicia su campaña a la presidencia, y debe aprovechar los reflectores para poner a temblar a la partidocracia.
2.- El descarado proselitismo de El Bronco, de cara a 2018, no sólo es insultante para los neoleoneses –quienes le confiaron un cambio de rumbo– sino para los mexicanos en general. Este “independiente”, que explotó una causa tan legítima y arraigada como el hartazgo ciudadano con los partidos, está haciendo lo mismo que los objetos de su crítica: adelantarse a los tiempos electorales. Pero eso sí, El Bronco es listo: tras 33 años en el PRI, obtuvo todos los conocimientos, todos los contactos, todas las mañas, y aun así, se vendió como el liberador de los mexicanos. Es el perfecto oportunista.
Hace días, se dio a conocer la existencia de México Libre y Bronco –asociación que promueve a los independientes y trabaja con miras a tener presencia en 20 estados–. Según El Bronco, él no tiene nada que ver, pero el dirigente de la organización, Alfonso Jiménez, dijo que sí contaban con su apoyo. Además, su hoy “aliado”, Fernando Elizondo, lo acusó de endeudar García –municipio que gobernó entre 2009 y 2012– un 1, 400 %, causando serios problemas administrativos.
Aún faltan cuatro semanas para que empiece a gobernar un gran estado con grandes retos. Para los neoleoneses, la inseguridad, el aumento de precios y el desempleo son los tres principales problemas (ENVIPE 2014) –y agreguémosle la deuda de 66 mil millones de pesos que tendrá maniatada a su administración–. Pero al parecer, El Bronco no tiene contemplado combatir estos temas locales. No es que no le importen, es que se interpuso la posibilidad de ser presidente y salvar a México de los partidos, y pues, ya saben…
#FueraFuero