Distorsionada sensación, equivocada percepción, suele pensarse que la Selección Mexicana ha recortado distancias en relación con la argentina.

 

En sí, el historial de partidos resulta por demás adverso: apenas una vez el Tricolor logró imponerse en partido oficial (1-0 en la primera ronda de la Copa América 2004) más otro par de victorias en categoría restringida (en el Mundial sub-20 de 1999 y el sub-17 de 2013). De ahí en fuera, una rotuna paternidad albiceleste, cuyo inicio fue el primer Mundial de la historia (en 1930 goleada 6-3) y cuya versión contemporánea se dio en las dos eliminaciones consecutivas en Octavos de Final (en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010).

 

Si México los ha llevado hasta la muerte súbita en la serie de penales, como en la Copa Confederaciones 2005, si México sólo cayó con el más soberbio gol en tiempos extra, como en Alemania 2006, si México se vio severamente perjudicado por el arbitraje, como en Sudáfrica 2010… Como sea, la realidad es que con Argentina no hemos podido.

 

Más allá de lo que digan los resultados, nos engañaríamos al afirmar que la diferencia no es tanta, porque simplemente continúa siendo inmensa. Este representativo nacional puede acumular 22 años sin título alguno, pero su futbol lejos de diezmar en producción y consagración de talentos, crece.

 

LIONEL MESSI_ESPECIAL

 

Sus seleccionables siguen siendo referentes máximos en las principales ligas europeas: Messi, Mascherano, Banega en España; Agüero, Rojo, Otamendi en Inglaterra; Di María, Lavezzi, Pastore en Francia; Icardi, Higuaín, Biglia en Italia (hasta tres meses atrás, ahí el brillo mayor era para Carlos Tévez, recién repatriado por Boca).

 

Los nombres anteriores son de máxima élite, pero vale la pena recapacitar en una cifra: 4 mil 765 futbolistas argentinos fueron exportados solamente durante la última temporada, derramando unos mil 200 millones de dólares. El promedio de edad de quienes dejaron su país es de 17 años, lo que deja sensaciones de saqueo de cantera, aunque también de hegemonía a mediano y largo plazo.

 

Me atrevo a decir que Argentina se mantiene en esos volúmenes no por sus dirigentes, sino pese a ellos, porque la gestión ha sido desastrosa y en algunos casos incluso siniestra. Tal vez sólo así podamos explicarnos que tamaña producción de piernas y de directores técnicos no se traduzca todavía en volver a ser campeones de algo.

 

Lo de este martes es un mero partido amistoso, en el que más importa la enseñanza que el resultado. Un aprendizaje para México que tiende a perderse, si se considera que vivimos una dirección técnica interina apenas destinada a llegar lo menos desestructurados posibles al choque frente a Estados Unidos del mes entrante.

 

En ocasión como ésta, nuestra selección habría de estar en condiciones de juzgarse con base en una de las referencias más firmes. Sin embargo, y por mucho que se diera una inesperada victoria mexicana, no podremos confundirnos: si en épocas de estabilidad hemos estado lejos, en estos momentos de transición que ya duran varios años, imagínense.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.