Sigifredo Nájera Talamantes alias El Canicón, uno de los jefes criminales de Los Zetas considerado de los “más sanguinarios”, y quien fuera vecino de Joaquín El Chapo Guzmán Loera en el CEFERESO número 1 del Altiplano, murió este lunes al interior del penal de “máxima seguridad” a causa de un paro cardiaco.
Aunque las autoridades indicaron que Nájera Talamantes se encontraba recientemente recluido en el Módulo 1, Sección 1B, estancia 124 (zona intermedia), anteriormente había ocupado una de las celdas en el área de Tratamientos Especiales, donde estaba preso hasta el pasado 11 de julio cuando se fugó El Chapo Guzmán, líder del cártel del Pacífico.
Nájera Talamantes, señalado por el asesinato de militares y federales en Monterrey, y los atentados contra el consulado de Estados Unidos en Tamaulipas, así como la comisión de tráfico de personas, robo de combustible, entre otros delitos, fue de los internos del Altiplano que a través de un desplegado denunciaron acosos y violaciones a sus derechos humanos por parte de las autoridades federales tras la fuga de Guzmán Loera.
Sigfrido Nájera se encontraba interno desde el pasado 25 de marzo de 2009 en calidad de procesado con la causa 36/2009 del Juzgado 1º de Distrito en el Estado de México por delitos contra la salud , entre otros.
Fue uno de los reos que estuvo al lado de la celda de donde se escapó Joaquín El Chapo Guzmán, el pasado 11 de julio.
En la celda, Guzmán Loera tenía acceso a una tableta y a telefonía celular, aseguran fuentes ministeriales cercanas a la investigación. La tableta, incluso, puede verse en el video presentado por la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) el martes pasado.
La misma fuente asegura que El Chapo usaba teléfonos celulares de manera intermitente, debido a que el aparato que usaba era de un solo uso, por lo que era desechado. La próxima vez que el capo hablaba, usaba un aparato nuevo.