El impacto en los precios de la gasolina en caso de que se apruebe su liberación el año entrante ocurrirá a mediano plazo, debido a que no existen las condiciones necesarias para el desarrollo del mercado, coincidieron empresarios y analistas.

 

De acuerdo con Pablo González Córdoba, presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), el mercado no puede ofrecer menores precios, pues Pemex se mantendría como el único proveedor, lo que restringe las opciones tanto en calidad como en precio del combustible.

 

Para establecer esta medida, dijo, será necesario modificar los contratos de proveeduría que tienen las empresas con Pemex, debido a que el precio está fijado hasta finales de 2016, lo que complicaría las fluctuaciones del precio, porque dejaría a los gasolineros sin margen de ganancia.

 

Por ello, mencionó que la liberación real del precio ocurrirá en 2018, cuando las empresas extranjeras traigan nuevas marcas de diferentes precios y calidades.

 

Miguel Messmacher Linartas, subsecretario de Ingresos de la SHCP, mencionó en entrevista radiofónica que los precios de la gasolina bajarían en los próximos tres años, una vez que se complete la liberación del mercado.

 

González Córdoba dijo que la imposición de precios mínimos y máximos podría generar competencia desleal entre los grandes competidores y los pequeños empresarios.

 

“Habrá grandes grupos de gasolineros que pudieran bajar el precio al tope mínimo para ir perdiendo dinero y matar a la competencia”, alertó.

 

Para Alexis Milo, economista en jefe del Deutsche Bank México, en un inicio, la aplicación de este esquema no permitirá que los precios varíen mucho, debido al porcentaje que se aplicaría del Impuesto Especial a Producción y Servicios (IEPS).

 

De acuerdo con la SHCP, la aportación del IEPS en gasolinas y diésel a los ingresos del sector público creció 439% en el primer semestre de 2015, con respecto al mismo periodo del año previo, al pasar de 41.09 mil millones a 180.52 mil millones de pesos.

 

El especialista del Deutsche Bank abundó que la ventaja principal es que se transparenta el esquema tributario, pues se establece un porcentaje fijo para el impuesto, lo que incrementará el atractivo del sector para la iniciativa privada.