El Fondo Monetario Internacional (FMI) calificó hoy como una “buena señal” la propuesta del presidente Enrique Pena Nieto para ratificar en su cargo al gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens.

 

“Es una buena señal de que hay continuidad el equipo económico y eso es algo bueno en estos momentos de volatilidad e incertidumbre”, dijo Alejandro Werner, director de la Oficina para el Hemisferio Occidental del FMI.

 

El Senado de México recibió este miércoles el oficio de Peña Nieto en el que propuso ratificar a Carstens para un segundo periodo de seis años al frente del banco central, al que se incorporó en 2009 como integrante de la Junta de Gobierno de esa institución.

 

En su propuesta, el mandatario argumentó que ante un panorama económico internacional incierto y difíciles retos macroeconómicos que enfrenta el país, resulta indispensable que el Banxico continúe funcionando “con la más alta probidad y profesionalismo”.

 

Destacó que Carstens cumple ampliamente con los requisitos de la Ley del Banco de México y su desempeño profesional es una muestra inequívoca de que “mantiene capacidades y virtudes para ocupar el cargo”.

 

Entrevistado en el marco del foro del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) que tiene lugar en esta capital, Werner hizo eco del buen trabajo desarrollado por Carstens en Banxico en los pasados seis años y antes en la Secretaria de Hacienda.

 

“Es obviamente una noticia muy favorable y lo vemos también, sobre todo desde el punto de vista institucional, (con) la evolución de la inflación. Creo igualmente que la parte monetaria en México se ve muy bien”, dijo en breve entrevista.

 

Carstens es licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) de donde se graduó con mención honorífica. Cuenta con maestría y doctorado en Economía por la Universidad de Chicago.

 

Inició su carrera en el Banco de México en 1980, donde ocupó diversos cargos en la división internacional. Fue subsecretario de Hacienda de diciembre de 2000 a agosto de 2003, cuando se incorporó como subdirector gerente del FMI.