BURGOS. La Vuelta a España no se decidió en la contrarreloj en Burgos, como esperaba el holandés Tom Dumoulin, quien ganó la etapa y se hizo con la casaca roja de líder, pero no logró desbaratar al italiano Fabio Aru, que se quedó en la general a sólo tres segundos con tres demandantes citas en la montaña por delante.

 

La potencia de Dumoulin fue más convincente que la fe de Purito Rodríguez, el líder hasta ayer. Una contrarreloj se corre diferente al resto de la competencia. Cada ciclista sale solo a intervalos y compite contra el reloj. Ahí no valen los equipos, el atleta está solo. Dumoulin es un especialista y bien sabía que en esa prueba podía sentenciar La Vuelta. Y de hecho, a Rodríoguez le sacó 3:06 minutos.

 

Al italiano le fue mejor, sólo perdió 1.53 minutos con respecto al holandés a quien apodan La Mariposa de Maastricht. Hizo la prueba en 46:01 minutos, con una velocidad promedio de 50.4 km/h, con lo que fundió a todos los especialistas en la escalada, con excepción de Aru.

 

No se resolvió la Vuelta en Burgos, sino que salió con las máximas expectativas ante las tres etapas restantes. “La diferencia es pequeña, tres segundos no son nada y espera un auténtico espectáculo para los espectadores, no para mí, porque será difícil”, dijo el nuevo líder.

 

El equipo Astana de Aru ya advirtió que quemará las naves para recuperar el maillot rojo, Purito, ahora tercero a 1.15, no está dispuesto a quedarse con la miel en los labios, y habló de “dar caña al holandés e intentar reventarlo”. Ahora veremos si es cierto.