Al presidente Bachar al Asad, percibido como un dictador sanguinario y el principal obstáculo para la paz y la democracia en Siria, la historia podría darle una segunda oportunidad.

 

Una iniciativa diplomática inesperada ha empujado a Rusia, incondicional aliado de Asad, a explorar una solución a la que buscarían sumar a Estados Unidos para combatir al grupo yihadista Estado Islámico que con su creciente pujanza se dueña cada vez más del territorio del que han tenido que huir millones de personas.

 

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, llamó en una conversación telefónica al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, a la unidad.

 

“Lavrov recalcó la necesidad de responder conjuntamente a los grupos terroristas que han capturado una parte importante de territorio sirio y amenazan la seguridad internacional”, informó la Cancillería rusa en un comunicado.

 

El jefe de la diplomacia rusa subrayó que “el mayor peso de la lucha (contra los yihadistas) lo soporta el Ejército regular sirio”.

 

Rusia ha propuesto a EU la creación de una coalición internacional, en la que también se integrarían Siria e Irán, para combatir a los yihadistas en todo Oriente Medio.

 

Según medios estadunidenses, en la conversación telefónica mantenida el pasado 5 de septiembre Kerry expresó a Lavrov su preocupación sobre una posible intervención militar rusa en el país árabe.

 

Entonces, Kerry “dejó claro que si los informes son ciertos, estas acciones podrían agravar aún más el conflicto, conduciendo a una mayor pérdida de vidas inocentes y a un aumento del flujo de refugiados”.

 

De acuerdo con esa versión, Rusia habría incrementado el suministro de armamento pesado a Damasco y estaría preparando el terreno para una intervención militar, por lo que estaría habilitando con casas prefabricadas varios aeródromos del país árabe.

 

Al respecto, el viceministro de Exteriores ruso, Mijaíl Bogdánov, negó cambios en la cooperación militar con Siria, sea en el estatus de la base naval de Tartus, en el despliegue de tropas o en el suministro de armamento.

 

“Comparado con años anteriores, la actual cooperación técnico-militar con Siria es bastantes modesta”, aseveró Bogdánov, quien dijo que los especialistas rusos destinados al país árabe tienen como función instruir a sus colegas en el uso del armamento.

 

Tras el cierre ayer del espacio aéreo búlgaro para los aviones rusos, Moscú anunció que tiene autorización de Irán para los vuelos de sus aparatos con destino al país árabe.