NUEVA YORK. El diseño del edificio más espectacular del complejo del World Trade Center (WTC) fue presentado hoy, al cumplirse 14 años de que los atentados del 11 de septiembre de 2001 destruyeran las Torres Gemelas de Nueva York.
Llamada World Trade Center Dos, la torre es una de las siete estructuras que fueron programadas para reemplazar a las Torres Gemelas en la zona sur de Manhattan, tres de las cuales aún no han sido terminadas.
La World Trade Center Dos sería la más audaz de todas las torres hasta ahora construidas.
Su diseño se basa en una serie de estructuras cuadradas, que parecen superpuestas, y que intentan combinar el estilo arquitectónico de Wall Street, de altos edificios, con el del más tradicional barrio de TriBeCa.
Los cubos alojarían terrazas que fungirían como jardines, tal como sucede en varios edificios de TriBeCa, además de que conferirían al edificio vistas diferentes dependiendo de la perspectiva de donde se mire.
Desde algunos puntos, el edificio parecerá una torre recta, en tanto que desde otras perspectivas parecerá una estructura frágil, al borde del colapso. Al concluirse, con poco más de 400 metros y 80 pisos, la torre será la más alta luego del World Trade Center Uno.
De acuerdo con estimaciones, la construcción de la World Trade Center Dos podría tomar cinco años adicionales, aunque ya la edificación de esa torre había sido detenida debido a la falta de demanda de espacios de oficina en la zona baja de Manhattan.
Pese a que la construcción de esta torre estuvo contemplada desde hace varios años, el nuevo diseño fue presentado apenas en junio pasado por el arquitecto danés Bjarke Ingels.
En declaraciones publicadas por la empresa de bienes raíces encargada del proyecto, Silverstein Properties, Ingels comentó que en el diseño de las torres intentó equilibrar las dos necesidades que, en su opinión, debía cumplir uno de los edificios del WTC.
“Por un lado, se trataba de ser respetuoso y de completar el marco en torno al memorial (para las víctimas de los atentados) y por el otro lado se trataba de revitalizar la zona baja de Manhattan y de hacerla un lugar animado para vivir y trabajar”, consideró Ingels.