NUEVA YORK. La número uno del mundo, Serena Williams, sufrió el viernes una gran decepción al perder en semifinales del Abierto de Estados Unidos por 2-6, 6-4 y 6-4 ante la italiana Roberta Vinci, que la dejó fuera de la lucha por completar esta temporada el Grand Slam después de ganar en Australia, Roland Garros y Wimbledon.
Vinci, número 43 del mundo, hizo historia al alcanzar por primera vez en su carrera una final individual en un torneo del Grand Slam, que disputará ante su compatriota Flavia Pennetta, vigésima sexta cabeza de serie, que también dio la sorpresa al ganar por 6-1 y 6-3 a la rumana Simona Halep, segunda favorita.
La derrota dejó a Serena, de 33 años, sin su novena final del Abierto estadounidense, a la que había llegado las últimas cuatro temporadas, sin la opción a su séptimo título -lo defendía por tercera vez seguida- y lo que es más duro para ella: no pudo unirse a las cinco tenistas que en la historia han ganado los cuatro torneos ‘grandes’ en una misma campaña
La última en hacerlo fue la alemana Steffi Graf, en 1988.
La menor de las hermanas Williams, que ha disputado 16 veces el Abierto de Estados Unidos, mostró inconsistencia en su juego. Mientras su saque fue bueno, se mantuvo en el partido, pero luego no pudo superar a Vinci, de 32 años.
Serena, que también perdió la concentración a partir de la mitad de la segunda manga, al final lo pagó con la derrota porque esta vez también encontró a una Vinci plena de forma física, que aguantó sin problemas todo el partido y consiguió vencerla por primera vez después de cuatro derrotas.
La menor de las hermanas Williams, que en lo que va de temporada ha logrado marca de 53 victorias y sólo 3 derrotas, y seis títulos individuales, dominó con facilidad la primera manga al imponer su saque y hacerle dos roturas a su rival.
Todo cambió en el segundo, con mejor resto de Vinci, que también jugó bien desde el fondo de la pista e hizo que Serena comenzase a ser su peor enemiga al cometer demasiados errores no forzados además de perder dos veces el saque, lo que le costó ceder la manga.
Desde el inicio de la tercera, Vinci le puso las cosas difíciles, pero la estadounidense logró una ventaja de 2-0. Todo fue un espejismo. Serena había perdido todo el poder con su saque, ya no metía los “aces” de la primera manga y sucumbió ante el mejor resto de Vinci, que fue a más en su juego gracias a su gran derecha y a sus reveses a ambos lados de la pista.
El nerviosismo de Serena quedó patente en la estridencia que mostraba en cada tanto que ganó en el quinto juego con su saque y que cayó de su lado para el 3-2, algo que en absoluto descentró a Vinci.
La nueva finalista del Abierto siguió segura y consistente y aprovechó el mal resto de su rival, que tampoco acertaba con su saque. Serena lo perdió de nuevo en el séptimo, con parcial de 4-3 favorable a la tenista de Taranto.
Vinci se acercaba al gran triunfo de su carrera y para eso tuvo que superar dos pelotas de ‘break‘ en el octavo juego antes de que, con la segunda ventaja, mantuvo su saque y se puso 5-3.
Serena estaba al borde de la eliminación y, aunque salvó su servicio en el noveno juego, en el décimo Vinci la arrolló con cuatro tantos seguidos que hicieron enmudecer a los aficionados neoyorquinos.
“Todavía no me puedo creer que estoy en la final, pero es algo grandioso, enorme, que llega en un momento especial de mi carrera profesional”, declaró Vinci al concluir el partido. “Jugar la final contra Pennetta en la pista central Arthur Ashe será algo memorable para las dos y sobre todo para el tenis femenino italiano”, añadió.
El duelo entre Vinci y Pennetta será el décimo que disputen, con ventaja para la segunda de 5-4, y ambas harán historia al ser las primeras tenistas italianas que se enfrentan en la final del Abierto de Estados Unidos y también de un Grand Slam.
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