Esta semana se tendrá la decisión de política monetaria de tres bancos centrales, dos muy importantes a nivel mundial, y también la decisión del Banco de México (Banxico). Se trata del Banco de Japón y de la Fed (Estados Unidos).
El escenario entre el Banco de Japón y de la Fed es totalmente “divergente”. La economía de Japón atraviesa por una fuerte desaceleración con una tasa de crecimiento negativa en el segundo trimestre del año de 1.2% anual y una inflación al mes de agosto de apenas 0.2%. Uno de los objetivos del banco central es contribuir a un desarrollo próspero de su economía garantizando la estabilidad de precios. Sin embargo, se observa que la inflación objetivo de 2.0% está muy lejos de alcanzarse y por lo tanto deberá de seguir “estimulándola”.
En cuanto a la Fed llega un momento importante. El organismo a través de su presidente, Janet Yellen, ha establecido que entre septiembre y diciembre de 2015 deberá iniciar el ciclo de alza. La capacidad de la economía no “aguanta” ritmos de alza acelerados. Los objetivos que tiene que asegurar el organismo como mandato es el de máximo empleo, precios estables y moderados tipos de interés a largo plazo.
Por el lado del empleo, la tasa de desempleo alcanza un nivel de 5.1% y se ubica ya dentro del parámetro establecido para iniciar la normalización de tasas de interés. Sin embargo, a pesar de que en los últimos 12 meses el promedio de creación de empleos es de 243 mil plazas, si sólo tomamos el promedio en 2015 de enero a agosto, dicho promedio se reduce a 212 mil plazas pero de menor calidad en cuanto a ingresos y prestaciones. La tasa de participación de la fuerza laboral se ha estancado en 62.6% y el promedio de ingresos por hora mantiene un crecimiento de 2.2% anual. Bajo este escenario no es descartable que pueda iniciar un movimiento de alza gradual.
En cuanto a los precios estables, tanto la inflación al productor como al consumidor tienen aún mucha “holgura”. La baja en los precios de energía entre julio y agosto de 25% nuevamente, marcan un foco de “precaución” para asegurar “que la inflación convergerá al objetivo de 2.0%” y ante ello deba iniciar en este momento el alza en tasa. Eso lo pone en duda.
Si a estas dos variables le sumamos que la economía de Estados Unidos crece especialmente por el lado del sector servicios y no por manufactura, en donde no ha habido creación de empleos este año, así como el entorno internacional débil con China y Japón en desaceleración, Europa creciendo a ritmos modestos y algunas economías sumergidas en la recesión técnica, nuestra opinión es que la Fed deberá seguir esperando mejores momentos para iniciar el alza en la tasa de interés.
Respecto al Banxico, es claro seguidor de la decisión de la Fed. No obstante se ha comentado el riesgo que representa el tipo de cambio, que en el año se ha depreciado 14% y que además pone en relieve el “status” de flujo de tenencia de extranjeros que hasta ahora ha crecido en el año tanto en el mercado de deuda como de capitales, de acuerdo con información oficial. Hoy, el peso mexicano se ha moderado y su demanda se ha estabilizado en el corto plazo, por lo que seguirá por el momento al 100% la decisión de la Fed.