Terreno común para Chicharito. Si antes lo hizo en equipos de la calidad del Manchester United y Real Madrid, por qué no repetirlo en el Bayer Leverkusen, equipo con el que ayer Javier Hernández debutó en la Champions League 2015-2016, con un gol en el triunfo 4-1 del conjunto alemán sobre el Bate Borisov bielorruso.

 

Quizá lo único que se le pueda reclamar al playera siete del Bayer es su revolución, pero Chicharito es así, un potro salvaje, incapaz de escatimar en el esfuerzo, desbocado en el frenesí que le provoca la búsqueda del balón, que igual le recompensa con el éxito de algún festejo, que, como ayer, en varias oportunidades claras que no terminan con el grito del gol. Con todo, fue el más activo de su equipo frente al arco con seis remates, tres de ellos al arco.

 

Sin embargo, Hernández salió muy revolucionado al campo y estuvo errático en los pases, pues falló casi la mitad de los que intentó.

 

También hay que decir que el Bayer simplemente cumplió con el pronóstico, en un partido que hasta el medio tiempo se le había complicado con un empate a un gol.

 

Y eso que el Bayer se fue arriba apenas al minuto cuatro, gracias a un tanto de Mehmedi, que parecía abriría el camino a una amplia victoria. Sin embargo, el empate del Bate llegó al minuto 13. En el complemento, el conjunto alemán contó con la fortuna de un desvío y la ventaja del 2-1 en un disparo de Hakan. Después, Hernández definió el encuentro en el 59 con una gran resolución.

 

Chicharito fue retirado del campo al minuto 72, aunque al Bayer aún le quedó cuerda para marcar el 4-1, a cinco minutos del final, gracias a un penalti que convirtió Hakan, quien tuvo su segundo festejo de la jornada.

 

Así que, sin importar si juega con el 14 o el siete en la espalda, en inglés, español o alemán, Javier Hernández sigue siendo sinónimo de gol.