LA HABANA. A menos de dos horas de que el papa Francisco llegue a Cuba, cientos de personas comienzan a acercarse a las calles por donde el pontífice pasará y algunas de las cuales han sido cerradas al tránsito.
“¡Se ve, se siente, el papa está presente!”, “¡Se oye, se siente, la iglesia está presente!”, coreaban varias veces un grupo de personas sobre la avenida 31, incluidas varias monjas y cinco salvadoreñas.
“Venimos por la visita del papa, porque somos católicas”, dijo Sandra del Moreno, de 51 años y quien llegó desde San Salvador. “Nos encanta este papa, pero nos hubiera gustado que nos visite al Salvador”, añadió esta mujer que vino con cuatro amigas que sostenían una bandera de su país.
Unas cuadras más allá, tres niños juegan con una pelota echa de trapo. “¡Va a pasar el papa Francisco!”, dicen a coro Kevin Duvergel, de 10 años, y Marlos Dueñas, de 9, sobre por qué están ahí junto a la calle y cerca de la Nunciatura donde se hospedará el pontífice en La Habana.
En La Habana, no todos están entusiasmados de que les hayan pedido que fueran a recibir al papa Francisco.
Rafael Riviero, oficinista en un policlínico, refirió que los reunieron para pedirles que fueran a ver al pontífice, aunque dijo que no está seguro si irá.
“La mayoría de la gente decía que si uno es católico practicante y quiere ir a ver al papa, pues que lo haga, pero no puede ser una obligación un sábado por la tarde que es nuestro día de descanso”, dijo el hombre de 33 años.
El gobierno cubano se ha esforzado para que la gente vaya las calles a recibir al papa, e incluso ha ofrecido a la gente un día de paga, meriendas y transportación a los trabajadores.