LA HABANA. El papa Francisco dijo que Cuba debe abrirse al mundo y que el mundo se debe abrir a Cuba.
Durante su primera visita a La Habana, el Papa calificó el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos como un ejemplo para el mundo y pidió a sus líderes avanzar más en la normalización de sus relaciones, en el inicio de una gira de 10 días por ambos países en la que se espera que sus mensajes se centren en la necesidad de paz y la solidaridad.
“Animo a los responsables políticos a continuar avanzando por este camino y a desarrollar todas sus potencialidades, como prueba del alto servicio que están llamados a prestar a favor de la paz y el bienestar de sus pueblos y de toda América y como ejemplo de reconciliación para el mundo entero”, dijo el pontífice, quien jugó un importante papel para que ambos países anunciaran a finales del 2014 el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Señaló que el mundo necesita reconciliación y estimó que se vive “una atmósfera de Tercera Guerra Mundial”, una referencia que ha usado en el pasado en el pasado en referencia a las guerras que afectan algunas regiones.
Francisco estará cuatro días a Cuba y luego partirá hacia Estados Unidos. El pontífice tuvo un papel de mediador y garante en los 18 meses de negociaciones secretas entre las dos naciones enemigas durante la Guerra Fría.
El llamado directo del papa a progresar en la normalización de las relaciones bilaterales es hasta cierto punto una sorpresa, en particular después de que por semanas el Vaticano aseguró que no esperaba que el pontífice hiciera referencias políticas explícitas durante su viaje pastoral.
“Desde hace meses estamos siendo testigos de un acontecimiento que nos llena de esperanza: el proceso de normalización de las relaciones entre dos pueblos, tras años de distanciamiento”, dijo frente al presidente Raúl Castro en la ceremonia de recepción en el aeropuerto internacional de La Habana.
Consideró que se trata de “un signo de la victoria de la cultura del encuentro, del diálogo”.
Tercer Papa que visita Cuba
El sábado, Francisco aterrizó en La Habana, para un viaje de cuatro días por Cuba, es el tercer pontífice que viaja a este país caribeño, tras Juan Pablo II, que lo hizo en 1998, y Benedicto XVI, en 2012.
En esta ocasión, el argentino Bergoglio viaja por primera vez a Cuba, y lo hace tres años después de la visita de predecesor, en un contexto político bien distinto, después de su decisiva mediación en el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EU y Cuba, un conflicto con más de 50 años de tensiones y bloqueo político y económico.
Wojtyla fue el primer pontífice que viajó a la Cuba de Fidel Castro, entre los días 21 y 25 de enero de 1998.
En la isla, Juan Pablo II visitó las ciudades de La Habana, Santiago de Cuba, Santa Clara y Camaguey. Pronunció doce discursos y homilías y recorrió un total de 18 mil 500 kilómetros.
El papa polaco fue el primero que se reunió con el presidente cubano, Fidel Castro, en el Palacio de la Revolución, sede del Gobierno, en una entrevista de aproximadamente 45 minutos, catalogada como “de cortesía”.
Pero no era su primer encuentro, ya que ambos mandatarios, protagonistas del final del siglo XX, se habían reunido en un histórico “mano a mano” en el Vaticano el 19 de noviembre de 1996.
Pocos días después, como gesto al pontífice, el Gobierno cubano autorizó el permiso de residencia para 40 religiosos y religiosas que formaban parte de una larga lista de espera, el grupo más numeroso admitido en bloque desde la década de 1960.
“Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba para que este pueblo pueda mirar al futuro con esperanza”, le dijo Juan Pablo II a Fidel Castro a su llegada a la isla.
Catorce años después, los días 26 a 28 de marzo de 2012, Benedicto XVI se convirtió en el segundo pontífice que viajaba a la isla y lo hacía como “peregrino de la Caridad” por ser ese el Año Jubilar por los 400 años del hallazgo de la imagen de la patrona del país.
En esa ocasión, el papa Ratzinger se reunió con el entonces presidente, Raúl Castro, y vio también a su hermano Fidel, el líder de la Revolución cubana, retirado del poder desde 2006.
Benedicto dejó en Cuba mensajes en defensa de las libertades, reclamó más espacios para la Iglesia católica, criticó el bloqueo de Estados Unidos contra la isla y abogó por la reconciliación de los cubanos de dentro y fuera del país. Durante su estancia en la mayor de las Antillas ofició dos misas multitudinarias en las principales ciudades del país, Santiago y La Habana.
“Que Cuba sea la casa de todos y para todos los cubanos”, dijo el pontífice en su discurso de despedida en La Habana. Asimismo antes de dejar la isla y delante de Raúl Castro, el papa pidió que en la tarea de construir una sociedad renovada nadie se vea impedido “por la limitación de sus libertades fundamentales”.
Se da la circunstancia de que en 2015 se celebra el 80 aniversario del inicio de relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede. (Con información de EFE y AP)