QUITO. Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y Venezuela, Nicolás Maduro, acordaron hoy, durante una reunión mantenida en Quito, el retorno de sus respectivos embajadores y la apertura de una investigación sobre la situación de la frontera común.

 

También decidieron tratar con sus equipos ministeriales “los temas sensibles” relativos a la crisis fronteriza que han mantenido, lo que harán a partir de una primera reunión que se celebrará este miércoles en Caracas, según una declaración leída por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, al término de la reunión.

 

En declaraciones a la prensa vertidas en el palacio presidencial de Quito, Maduro dijo que fue una reunión “franca” y “clara” en medio de un “clima de hermandad”.

 

“Triunfó la sensatez y el diálogo”, resumió el presidente venezolano.

 

Por su parte, Santos explicó que pidió a Venezuela respetar los derechos de los colombianos en el país vecino e investigar las recientes violaciones al espacio aéreo. Santos dijo “entender” la preocupación de Maduro sobre la presencia de grupos armados y de mafias del narcotráfico en la frontera. y dijo que la mejor forma es “hacerlo juntos”.

 

“Nos une la lucha contra el contrabando, las bandas criminales y la ilegalidad. Somos países hermanos”, concluyó Santos.

 

A pesar del tono optimista entre ambos mandatarios no hubo foto oficial de ambos estrechándose la mano.

 

Los mandatarios se reunieron para intentar poner fin a una crisis que comenzó a finales de agosto cuando Caracas decidió cerrar los pasos fronterizos y expulsó a unos mil 600 colombianos. Desde entonces otros 18 mil colombianos —según cifras de la ONU— han salido de Venezuela voluntariamente por temor a represalias.

 

La reunión fue posible gracias a la mediación de Correa y de su homólogo uruguayo Tabaré Vázquez, en calidad de presidentes de Unasur y Celac respectivamente.

 

Para facilitar el diálogo, ambas delegaciones pactaron una fórmula que incluyó un primer cara a cara entre Santos y Maduro en la residencia privada del presidente Rafael Correa. A la reunión se sumaron después los cancilleres de ambos países. Sin embargo en la foto final Maduro y Santos se sentaron en el extremo opuesto de la mesa y evitaron cruzar palabra alguna frente a las cámaras.

 

Antes de la reunión Maduro saludó a la gente que le esperaba en las calles de Quito y dijo que llegaba con “propuestas concretas” para plantear a Colombia “un pacto de convivencia” para “reconstruir y refundar la frontera”.

 

Santos no quiso dialogar con la prensa, pero envió un tuit en el que señalaba que no tenía grandes expectativas de cara a la reunión con Maduro

 

La reunión entre ambos mandatarios estuvo precedida por varios incidentes que enturbiaron el ambiente. La semana pasada, el ejército colombiano denunció la entrada ilegal a su territorio de 15 soldados venezolanos que estaban persiguiendo a un supuesto contrabandista. Días antes, aviones venezolanos habrían violado el espacio aéreo de Colombia durante sobrevuelos, algo que Caracas ha refutado.

 

Para Colombia el encuentro fue posible gracias a que se cumplieron las tres condiciones que había impuesto Santos: se abrió un corredor humanitario para escolares que viven a un lado y estudian al otro, se suspendieron las deportaciones ilegales de colombianos y los expulsados podrán regresar a recoger los enseres abandonados a la carrera.

 

Durante años, en las regiones colombianas que colindan con Venezuela se come, se hacen negocios y hasta se bebe cerveza venezolana gracias a la gasolina y la comida subvencionada que entra de forma ilegal, mientras sus supermercados se vacían, según Caracas.

 

Paralelamente, desde que estalló la crisis, el ejército colombiano ha empezado una campaña de vigilancia y destrucción de pasos ilegales para impedir la entrada masiva de productos subvencionados en regiones como La Guajira, una de las más pobres del país donde hay un 30% de desnutrición y donde 5% de los niños no llega a los cinco años. Hoy todas sus poblaciones están asfixiadas por el cierre fronterizo.

 

Esta es la crisis más grave entre los dos países desde que en 2008 el entonces presidente Hugo Chávez movilizó tropas en la frontera por la muerte del líder guerrillero colombiano Raúl Reyes y amenazó con enviar aviones.

 

En julio de 2010, los dos países rompieron relaciones diplomáticas luego de que el entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010) acusó a Caracas de dar cabida en su territorio a los jefes de las guerrillas colombianas. Las relaciones se normalizaron luego de que Santos asumió la presidencia.