Las autoridades de la Ciudad de México permiten que se realicen manifestaciones y bloqueos en vialidades y plazas principales de la Ciudad de México a pesar de que provocan pérdidas millonarias para la Seguridad Pública, el comercio y las personas que quedan atrapadas.
La Policía capitalina destina desde 2 hasta 2 mil 500 policías a cada acto de protesta en las calles, uniformados que podrían ser destinados a otras tareas como la prevención de delitos en lugares con alta incidencia delictiva.
Un riesgo para la ciudadanía y los comerciantes es que algunas manifestaciones se han vuelto violentas y derivan en actos vandálicos o delictivos, como la del 2 de octubre, lo que implica un costo que la mayoría de las veces deben asumir los afectados.
En 2014, la SSP detuvo a 255 personas que participaron en manifestaciones principalmente por escandalizar, alterar el orden, ataques a las vías de comunicación y robo.
Además, las marchas provocan aumento de contaminantes que ponen en riesgo la salud de las personas, pérdidas de miles de horas trabajo/hombre y millones de pesos en pérdidas para el comercio establecido.
En el año 2013 las manifestaciones duraron 782 horas 59 minutos, al año siguiente 653 horas 25 minutos y de enero a junio pasado sumaron 345 horas 22 minutos. Es decir, en promedio todos los días las marchas afectan el tránsito durante dos horas.
En la presente administración el número de manifestaciones aumentó y quienes las llevan a cabo usan con mayor frecuencia el corredor turístico y económico más importante que incluye las avenidas Paseo de la Reforma, Juárez, Insurgentes, Bucareli y las Plazas del Zócalo y el Monumento a la Revolución, de acuerdo con la información proporcionada por la SSP.
El horario más frecuente para los bloqueos es entre las 10 y las 12:00 horas. De enero de 2013 y hasta junio de 2015 la Policía identificó que los grupos sociales quienes realizan más protestas son los vecinos y comités vecinales (2 mil 198 manifestaciones) y los padres de familia y alumnos (639).
Pero entre las organizaciones quienes han sido más constantes para salir a las calles son la CNTE (mil 577), colectivos estudiantiles y anarquistas (778) y los Antorchistas (761), manifestaciones que en ocasiones han sido violentas con actos vandálicos y criminales, de acuerdo con la información con que cuenta la Policía.
Las protestas en la vía pública por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa han sido 195 en 10 meses.
Si bien en este año la Policía Preventiva ha impedido que el Zócalo se ubique entre los principales sitios de manifestaciones, desde que un grupo de anarquistas prendió fuego a una puerta con valor histórico del Palacio Nacional, en noviembre de 2014, la Avenida Escuela Naval Militar y Río Churubusco surgieron entre las cinco principales vialidades afectadas en 2014 y 2015, respectivamente.
Pérdidas millonarias en horas
En cada marcha de cuatro horas los establecimientos que se localizan en Paseo de la Reforma, entre la Puerta de los Leones y Avenida Juárez, registran pérdidas por alrededor de 17.5 millones de pesos para los establecimientos, y afecta a 58 mil personas que trabajan en 7 mil 300 negocios.
Los lugares afectados son 3 mil 92 establecimientos comerciales, 660 hoteles y restaurantes, 3 mil 153 empresas de servicios profesionales y administrativos, 207 bancos y 80 medios de comunicación, reveló Humberto Lozano Avilés, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México.
“Este año fue atípico porque fue año electoral. De finales de julio a la fecha las marchas han sido de solamente de los maestros y de los antorchistas, ya no de otras índoles que antes de las votaciones teníamos de 15 o 20 agrupaciones distintas, ahorita estamos básicamente con los maestros, con los antorchistas y mañana tendremos a los de Ayotzinapa, básicamente son los tres grandes temas que siguen afectando el corredor comercial.
“Yo creo que el 90 por ciento, el 95 por ciento de las marchas que suceden son de índole federal, no son locales. Cuando pasan de Bucareli y llegan al Zócalo tenemos que adicionar 20 millones de pesos más (en pérdidas económicas)”, resaltó Lozano Avilés en entrevista con 24 HORAS.
A las afectaciones por las manifestaciones hay que agregarle las horas hombre perdidas y que afectan en la productividad y eficiencia por los traslados.
“(De dos millones de personas afectadas por una manifestación de una hora) son dos millones de horas hombre, ponle el valor que tú quieras, hasta de salario mínimo, estamos hablando de 18 millones de pesos de daños por improductividad de las personas atrapadas en el tráfico.
“Una marcha de cuatro o cinco horas el valor para la Ciudad puede ascender a los 60 millones de pesos”, añadió.
A las manifestaciones hay que agregarles el costo no cuantificado que absorbe cada empresa por daños, vandalismo o robos.
Dentro de poco será inaugurado el Corporativo BBV Bancomer y dará inicio la construcción del Corporativo Santander, entre los edificios más altos del País. Juntos sumarán 10 mil personas al día en el corredor de Paseo de la Reforma que podrían verse afectadas por las marchas.
Y aumenta la contaminación
Las manifestaciones o bloqueos son uno de los principales motivos de contaminación ambiental. De manera indirecta provocan el aumento de emisiones de los vehículos atrapados en las calles y ponen en riesgo la salud de la población.
La velocidad promedio en la Ciudad para un día normal es 17 km/h. Cuando hay marchas la velocidad promedio de los automotores se reduce a 4 km/h, velocidad comparable a estar estacionado con el motor encendido cuando se generan las mayores cantidades de emisiones de todos los contaminantes, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría del Medio Ambiente basadas en su experiencia.
Por ejemplo, en el caso de compuestos orgánicos volátiles (COV) las emisiones pasan de 1.6 g/km a 7.8 g/km, lo que significa un incremento de 79%; el monóxido de carbono (CO) se eleva 53% y los óxidos de nitrógeno (NOx) aumentan el 31%, de acuerdo con estudios elaborados por la Secretaría.
En 2013 se registraron seis pre contingencias ambientales, (cinco por ozono y una por partículas suspendidas), mientras que en 2014 hubo tres, (por ozono), por la mala calidad del aire en el Valle de México.
Los vehículos deben pasar dos rigurosas pruebas de verificación al año sobre las condiciones mecánicas del vehículo para tener permiso de circular y sus dueños deben pagar las pruebas y el mantenimiento del auto.