FILADELFIA. Más de cien personas marcharon hoy al alba en Filadelfia con velas, pancartas y entre cánticos eclesiásticos, para pedir al papa Francisco que tienda su mano a los millones de inmigrantes indocumentados del país norteamericano y alce su voz para frenar las deportaciones.
La marcha, promovida por la organización defensora de los inmigrantes “Juntos”, partió a las 04:30 hora local del Parque Dickenson, en el sur de la ciudad, y alcanzó casi dos horas más tarde el centro de Filadelfia, ciudad a la que llegó hoy el santo padre para clausurar el Encuentro Mundial de las Familias.
“¿Dónde está el pueblo? ¿El pueblo dónde está? ¡El pueblo está en la calle exigiendo libertad!” o el conocido “¡sí, se puede!” fueron algunos de los cánticos que las decenas de inmigrantes profirieron a su paso por las calles de Filadelfia, desiertas de madrugada pero que comenzaron a llenarse a medida que avanzó el día.
Sus cánticos reivindicativos en defensa de los derechos de los inmigrantes se fundieron con canciones de iglesia como “Alabaré” y pancartas de colores con diferentes mensajes en favor de un mundo más abierto y justo con los inmigrantes, como “Por un mundo sin muros” o “Freedom” (“Libertad”, en inglés).
“Queremos que el papa nos ayude con nuestras familias. No es justo que se esté celebrando la institución de la familia, en el Encuentro Mundial de las familias y que, mientras, las familias de los inmigrantes estemos cada vez más separados”, dijo a Efe Alba López, mexicana con tres hijos, de uno, 11 y 13 años.
López cuenta que, su marido, quien llegó al país en 1979, está recluido desde el 5 de mayo en la prisión del condado de York (Pensilvania), donde hay encerrados varios inmigrantes a la espera de ser deportados, según denuncian varias organizaciones defensoras de los inmigrantes como “Juntos”.
Al comienzo de su visita a Estados Unidos, el papa argentino se presentó ante la Casa Blanca como el “hijo de una familia inmigrante” y este viernes convirtió a los “ciudadanos sin derecho a serlo” en los protagonistas de la misa celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York.
Sus palabras han generado gran expectación entre la comunidad inmigrante, que desea que el papa se ponga de su lado con un mensaje de reconciliación, en un momento en el que el debate migratorio está a flor de piel de cara a las elecciones presidenciales de 2016 en EU.