En México, a diferencia de los demás países de la OCDE, los alumnos que abandonan sus estudios en la educación secundaria tienen niveles de empleabilidad elevada pero en el mercado informal, señaló Montserrat Gomendio Kindelan.
La directora adjunta de Educación y Competencias de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) precisó que por el contrario, aquellos que continúan su educación preparatoria o incluso acaban la superior no consiguen una mejora tan sustancial en términos de empleabilidad.
“Esto tiene que ver por una parte con la calidad de la educación que se ofrece en estos niveles educativos y, por otra, con una falta de conexión entre los conocimientos y competencias que los estudiantes adquieren en las distintas etapas educativas y lo que necesita el mercado laboral”, indicó.
Por lo tanto, hay que hacer un esfuerzo por conseguir un engranaje mejor entre las necesidades del mercado laboral y lo que oferta el sistema educativo, subrayó durante el Seminario Internacional OCDE-México que se imparte en el salón Hispanoamericano de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
En ese marco se discutirán todos aquellos factores que pueden influir en el éxito de una reforma educativa, sobre todo las dificultades que puede haber en el largo recorrido para su aplicación.
En primer lugar, destacó, hay que situar al estudiante como el objetivo de la mejora del sistema educativo y conseguir que todos los sectores implicados participen, para que sea sostenible en el tiempo y que cuente con el consenso necesario para que eso sea posible.
Hay que construir el suficiente nivel de capacidad para mantener la reforma; evaluar las políticas a medida que se van poniendo en práctica y poner en marcha sistemas de liderazgo para conseguir que haya puntos de anclaje como para que siga avanzando en los próximos años.
La educación es un imperativo tanto social como económico. En general pueden constituirse en el principal motor de movilidad social, dijo, puesto que mejora las posibilidades de empleo y de acceder a puesto laboral de alta calidad, pero también la confianza que los ciudadanos tienen en las instituciones y en el sistema democrático.
Gomendio Kindelan subrayó que tienen beneficios no sólo a nivel económico y de empleabilidad, sino a nivel de participación en sistemas democráticos y, por lo tanto, de la robustez de los sistemas que se lleven a cabo y del consenso social con el que puedan contar.
El subsecretario de Planeación de la SEP, Javier Treviño Cantú, destacó a su vez la transformación del sistema educativo nacional emprendida con la reforma que está en marcha y que avanza de manera importante, con un rumbo claro.
Sostuvo que esta reforma constitucional y las leyes que la reglamentan marcaron un hito en la historia de la educación de México; “ahora hablamos de un antes y un después”.
Sin embargo, no termina con la aprobación. Lo más complejo es su desarrollo en todo el país, con eficiencia, expuso el funcionario de la SEP.
“Estamos inmersos en una etapa de gran complejidad, que es la instrumentación: hacer que llegue a cada salón de clases y se traduzca en beneficios para cada niña, niño y joven de nuestro país; en apoyos concretos a la tarea educativa que realizan día a día los maestros en México, en mejores horizontes de desarrollo”, abundó.
“Que se materialice también en la infraestructura y en el equipamiento adecuado para el logro de los aprendizajes”, añadió subsecretario de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas.
A dos años y medio de promulgada, declaró, es momento de hacer un alto para reflexionar en torno a lo que hemos logrado y lo que nos falta por hacer; discutir cómo emprender las tareas pendientes, de modo que las transformaciones de fondo se hagan realidad.