MOSCÚ. El ganador de la confrontación de Estados Unidos y Rusia, paradójicamente, es el Estado Islámico.
Dos días después de su presencia en la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó que sus aviones de guerra efectuaron ocho ataques contra objetivos del Estado Islámico (EI) en Siria, pero negó daños colaterales entre la población civil, como informa la oposición siria.
“Los aviones de las Fuerzas Aéreas rusas asestaron precisos ataques contra ocho objetivos del Estado Islámico en Siria”, dijo Ígor Konashenkov, vocero del Ministerio de Defensa ruso, a medios locales.
Como resultado, los centros de mando del EI en varias zonas montañosas resultaron “completamente destruidos”, mientras fueron también alcanzados arsenales con armamento, equipos militares, munición y material explosivo.
“Quiero subrayar que todos los ataques fueron efectuados después de realizar previamente vuelos de reconocimiento y sobre la base de los datos recibidos del Ejército sirio”, agregó el vocero.
El Ministerio de Defensa divulgó por vez primera en su página web imágenes de dichos ataques “contra los centros de mando de los terroristas del EI”.
En esas imágenes de satélites se pueden ver tres ataques contra las posiciones de los terroristas, incluida una en la que varias viviendas teóricamente pertenecientes a los yihadistas son alcanzadas de lleno por las bombas.
La fuente destacó que la escuadrilla de aviones rusos se encuentra emplazada en el aeródromo sirio de Jmeimim, de donde tras ser sometidos a revisiones de mantenimiento despegarán de nuevo en misiones ofensivas contra las posiciones enemigas.
Además, aseguró que los aviones rusos, que realizaron cerca de una veintena de vuelos contra los bastiones yihadistas, no atacaron las infraestructuras civiles ni sus inmediaciones.
Previamente, el presidente de la opositora Coalición Nacional Siria, Jaled Joya, afirmó que los bombardeos rusos en el norte de la provincia siria de Homs causaron la muerte de 36 civiles.
El opositor denunció que las áreas atacadas por los aviones rusos “estaban libres del EI y de Al Qaeda”.
La televisión oficial siria anunció que la aviación de Rusia, en colaboración con las Fuerzas Aéreas del país árabe, bombardearon varios objetivos del EI en las provincias centrales de Hama y Homs.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, defendió la legitimidad de la intervención rusa en Siria al ser solicitada por el propio líder sirio, Bachar al Asad, y adelantó que ésta se prolongará mientras dure la “ofensiva” del Ejército sirio contra sus enemigos.
Según el Ministerio de Defensa ruso, sus objetivos son “armamento pesado, nudos de comunicación, medios de transporte y arsenales de armas, municiones y materiales explosivos pertenecientes a los terroristas del EI”.
El Senado ruso autorizó el uso de las Fuerzas Aéreas en Siria a solicitud de Putin, quien por su parte había recibido una petición de ayuda militar por escrito del propio Al Asad, según medios locales.
En su primera intervención ante la Asamblea General de la ONU tras diez años de ausencia, Putin consideró el pasado lunes un “grave error” no ayudar a Al Asad.