El contexto internacional vive un momento de riesgo ante importantes economías en desaceleración como la de China y Japón. También en la región conocimos que India, una economía de mil 200 millones de habitantes, bajó su tasa de interés en 50 puntos base para ubicarla en 6.75% y apoyar el ritmo de expansión. Inclusive, redujo su estimado de crecimiento para 2016 a 7.4% desde 7.6%. Un ritmo más moderado en la región repercute en una menor demanda de algunas materias primas.
Las economías de países dependientes en mayor o menor medida de las materias primas y catalogadas como emergentes también están “estancadas”. Algunas como Brasil ya entraron en recesión técnica.
Con todo esto, el FMI seguramente revisará a la baja el crecimiento de 2015 y 2016, aunque las estimaciones se mantendrán dentro de una inercia de crecimiento global moderado.
Estados Unidos crece a un ritmo anual de 2.0–2.3%, un nivel “ordenado”, aunque sin presiones inflacionarias, por lo que estará en el centro de atención. La Fed evalúa su política monetaria, en la cual “la credibilidad juega en contra de la realidad”, la condición de la economía no es homogénea y lo hemos comentado. El sector servicios crece a buen ritmo, pero el de bienes de producción está en desaceleración y destruyendo empleos, la caída en los precios de las materias primas genera un círculo vicioso contra el riesgo de inflación y cierta fortaleza del dólar.
En Europa, después de cinco meses regresa la “sombra” de la deflación y en septiembre registró una contracción de -0.1% anual, por lo que aumenta la expectativa de que el Banco Central Europeo incremente su famoso “QE”, el programa de compra de activos y ante ello, el euro estará sensible contra algunas monedas como el dólar, entre otras.
Así es como iniciamos el último trimestre, muy complicado pero con “crecimiento moderado” internacional. Si la Fed reconoce que no es momento de iniciar la normalización de política monetaria o subir la tasa de interés “gradualmente” y expresa su deseo de dejarla por largo tiempo sin cambio adicional, sería un generador de “certidumbre” y los flujos de inversión volverían a darle estabilidad a los mercados.
Inmerso en este entorno, México inicia con un presupuesto 2016 en discusión dentro del Congreso, con menores ingresos petroleros y la necesidad de reducir el gasto federal. Además, se llevó a cabo la segunda licitación de la Ronda Uno con resultados positivos. También iniciaron procesos de licitación en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) que requieren transparencia y “efectividad” para dar confianza.
Seguimos viendo como el punto principal de todo este entorno “el riesgo de normalización de las tasas de interés por parte de la Fed”. Un alza de 25 puntos base podría dejar resuelto el tema de credibilidad a los miembros de la Fed y al mismo tiempo generar mayor certidumbre a los mercados, porque queda claro que tendrían que mandar un mensaje de “alza gradual”. El no hacerlo así y seguir como estamos, lo único que logrará la Fed es afectar la confianza en su propia economía y algunos sectores que crecen bien podrían empezar a desacelerar. Por ello, es probable ver que las divisas den una “sorpresa positiva” durante este trimestre de cierre de 2015. ¿Por qué no ver al peso de regreso hacia 16.20 o 16.00 en la parte interbancaria?