CIUDAD VICTORIA. La marea roja es un fenómeno cíclico y temporal, de duración irregular, favorecido por la interacción de factores ambientales, biológicos y antropogénicos en el Golfo de México, señaló la Secretaría de Desarrollo Rural en la entidad.

 

El titular de la dependencia, Carlos Solís Gómez, indicó que especies como camarones, pulpos, calamar y jaibas, no sintetizan la toxina generada por la marea roja, caso contrario a los peces que pueden a llegar a morir por asfixia.

 

Detalló que la marea roja, es producto de la concentración masiva, impredecible y esporádica de dinoflagelados conocidos como Karenia brevis, los cuales se encuentran en el fondo del océano como quistes o semillas, que al encontrar las condiciones idóneas que favorecen su crecimiento y florecimiento masivo.

 

“En las costas del Golfo de México frente a Tamaulipas, en los últimos 30 años este fenómeno se ha presentado en 1986, 1996, 1997, 1998, 2000, 2001, 2003, 2005, 2009, 2010 y 2011“, indicó.

 

Refirió que el pasado 28 de septiembre, la Secretaría de Salud de Tamaulipas, a través de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), decretó una veda temporal para la extracción y comercialización de moluscos bivalvos (ostiones, almejas y mejillones).

 

La medida, dijo, obedeció a que se encontraron concentraciones de Karenia brevis superiores a los cinco mil por litro de agua.

 

Señaló que ente ello se iniciaron de forma inmediata las verificaciones a establecimientos que procesan, distribuyen o preparan alimentos basados en estas especies marinas, en las coordinaciones sanitarias de Matamoros, San Fernando, Aldama, Altamira y Tampico.

 

El funcionario explicó que organismos como el ostión, la almeja y mejillones, se alimentan por filtración y pueden alojar la toxina que produce la marea roja, por lo que es importante evitar su consumo, pues al ingerirse, pueden provocar debilidad, náuseas, mareos y cambios en la temperatura corporal.

 

Resaltó que “las especies como camarones, pescados, pulpos, calamar y jaibas, no sintetizan la toxina y por lo tanto no se fija en su carne, de manera que no representan riesgo para los consumidores. Sin embargo, los peces pueden llegar a morir por asfixia al bloquearse sus branquias”.

 

Solís Gómez enfatizó que “se continuará con el monitoreo, vigilancia y toma de muestra de agua de mar de forma permanente, hasta que la concentración de Karenia brevis sea menor a la establecida por la norma antes mencionada, y se monitoreará el desplazamiento de la marea roja hacia el sur”.