El Barcelona perdió 2-1 y cosechó así su segunda derrota en Liga en su visita a un redimido Sevilla, que toma oxígeno tras un mal inicio de temporada al imponerse con dos goles casi seguidos, al inicio de la segunda parte, a un equipo azulgrana que pierde gas sin el lesionado Leo Messi, su máxima figura.

 

El Sevilla, que no ganaba en casa al Barça desde 2007, cimentó su trabajado triunfo en la intensidad con la que salió tras el descanso, al ponerse con un 2-0 con goles de Krohn-Dehli e Iborra, ante un Barcelona que mandó dos tiros al poste y se volcó en ataque hasta que Neymar, su mejor hombre, recortó distancias de penalti, pero luego no sacó frutos de su asedio posterior hasta el final.

 

Ambos afrontaban la cita con muchas bajas. Cinco en el Barcelona (Adriano, Rafinha, Vermaelen y, sobre todo, dos de sus puntales: Andrés Iniesta y el argentino Leo Messi); y siete en el Sevilla (el meta Beto, tres centrales: Adil Rami, Carriço y Nico Pareja, el lateral Escudero, el argentino Éver Banega y el francés Kakuta).

 

Luis Enrique, técnico azulgrana, volvió a confiar en el portero chileno Claudio Bravo, recuperado de su lesión, en vez del discutido Ter Stegen, dejó en el banquillo a Dani Alves apostando por Sergi Roberto de lateral derecho y adelantó al medio campo al argentino Javier Mascherano, acompañando Munir arriba a Luis Suárez y Neymar.

 

Mientras, el Sevilla recuperó a Llorente, que empezó de suplente, y al extremo Vitolo, que ocupó una banda y la otra el danés Michael Krohn-Dehli, con Iborra de mediapunta y el francés Gameiro en punta.

 

Animado por su remontada en la ‘Champions’ (2-1 al Leverkusen) y alertado por la derrota y mala imagen en su última salida a Vigo (4-1), el Barça salió con fuerza para buscar adelantarse, tuvo el balón y probó a Sergio Rico con tres intentos en el primer cuarto de hora, pero Sergi Roberto, Neymar y Luis Suárez no atinaron a marcar.

 

El Sevilla, a base de intensidad y con mejor actitud que en otros partidos, nunca le perdió la cara al choque, aguantó bien el pulso y, tras avisar en cabezazos de Gameiro y Andreolli, quiso salir al ataque con la movilidad de Tremoulinas, Vitolo o Krohn-Dehli.

 

El francés Gameiro, el más incisivo arriba, tuvo una buena opción a los 21 minutos, pero malogró el pase del danés Krohn-Dehli al despejar muy bien Claudio Bravo, a quien el mayor peligro le llegó con centros laterales ante la inseguridad en esta faceta de su zaga.

 

Con todo, los de Luis Enrique retomaron el control mediado este periodo y empezaron a crear mucho peligro y dudas a la defensa local. Con Sergi Roberto y Rakitic muy activos y el trío atacante muy metido en su rol de buscar el gol, en especial Neymar y Suárez, el Barcelona tuvo tres buenas ocasiones para ponerse por delante.

 

La más clara, en el 23. Sergi Roberto envió una falta a la cepa del poste izquierdo de Rico, el balón se paseó por toda la línea de gol y en el otro palo ningún azulgrana acertó a meterla en la red.

 

Fue un “milagro” que no entrara. Los catalanes rozaron de nuevo el 0-1 en dos acciones de Luis Suárez, que primero falló ante el portero y luego mandó una volea a la parte superior del larguero, pero con Sergio Rico tapando bien su puerta.

 

De ahí al descanso, el Barça quiso con rápidas contras coger a contrapié a los sevillistas, que, sin embargo, frenaron bien esos intentos, aunque fueron muy inofensivo cuando salieron al ataque.

 

En la reanudación, después de no llegar Luis Suárez a un balón en el área y tras un cabezazo flojo de Piqué, todo cambió en una jugada clave. Una veloz y magnífica incursión por la derecha de Gameiro, dejando atrás a Mathieu, acabó en un centro que Krohn-Dehli convirtió en el 1-0 a los siete minutos del segundo tiempo.

 

Neymar pudo empatar a los cuatro minutos, pero Rico despejó in extremis con el pie. Aún así, el Sevilla, mucho más intenso, siguió robando balones y montó rápidas contras que volvieron a darle frutos seis minutos después de su gol y ante la pasividad de los azulgrana, cuando Iborra enganchó un centro de Krohn-Dehli e hizo el 2-0 ante un Barcelona perdido y que sufría, superado por la ambición local.

 

A partir de ahí, el Barcelona reaccionó, apretó al máximo y buscó con ganas recortar distancias. Neymar asumió toda la responsabilidad y fue una verdadera pesadilla para los andaluces, pero unas veces se topó con un inspirado Rico y otras con los despejes de la defensa.

 

El brasileño tuvo hasta tres ocasiones en dos minutos, del 63 al 64, pero primero el meta sevillano evitó el gol con un paradón y luego con dos despejes seguidos a sendos tirazos de Neymar. Este sí marcó el 2-1 de penalti, a 16 del final, por manos de Tremoulinas.

 

El asedio azulgrana se multiplicó hasta el final. No le quedaba otra. Agobiado al verse detrás en el marcador y con urgencias, el Barcelona puso cerco a la meta sevillista y estuvo muy cerca de empatar, sobre todo en un remate al poste de Sandro, solo y con todo a favor, tras un centro de Luis Suárez en el 79.

 

El Sevilla se defendió con uñas y dientes, pues los de Luis Enrique lo intentaron por todos los medios, de forma incansable, pero sin éxito, con lo que se fueron de vacío del Sánchez Pizjuán.