La oniomanía o síndrome de adicción a las compras es un tipo específico de alteración del comportamiento que puede estar asociado al hecho de comprar por comprar, vinculado a sentimientos de euforia o gratificación.
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la oniomanía es semejante a la adicción de sustancias psicoactivas como la marihuana, cocaína, tabaco o alcohol, por lo que las personas que la padecen son incapaces de controlar las acciones o impulsos que las llevan a comprar.
En su edición de septiembre, la Revista del Consumidor explica que las compras compulsivas se desarrollan a través de dos mecanismos: el consumo de un bien en repetidas ocasiones por lo agradable de la sensación, o como una evasión ante problemas personales.
Menciona que los oniomaníacos usualmente se encuentran en una situación de conflicto, pues al realizar compras experimentan una sensación de euforia, pero al paso de los minutos sufren de la denominada disonancia cognitiva, que es un sentimiento de culpa post-compra.
Refiere que según datos de la Asociación Mexicana sobre la Adicción, esta patología se encuentra arraigada entre el cuatro y 12% de la población, siendo los más expuestos los jóvenes de entre 15 y 25 años debido a su necesidad de aceptación social.
Agrega que de acuerdo con estudios de neuromarketing, la razón de esta patología radica principalmente en un nivel neurobiológico, debido a que la acción de compra llega a activar los mecanismos mediadores de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer humano.
Ante ello, la Profeco recomienda que aun cuando los medios de comunicacion bombardean con mensajes de que ser feliz implica comprar todo lo que se pueda, se debe uno concentrar en disfrutar lo que se tiene, aunque sea poco.